Martín Rodríguez Loredo
[San Luis Hoy]
“Los humanos nos estamos separando en lugar de unirnos, y eso también es una voluntad de la inteligencia artificial, y para que esto no suceda necesitamos entrarle, adoptarla y aplicarla para que se le use como una herramienta que nos ayude a los seres humanos y no nos manipule”, advirtió Hugo Isaak, experto en temas de desarrollo de ciudades inteligentes enfocadas en las personas, por parte de ONU Hábitat.
Agregó que la inteligencia artificial pertenece a una vertical llamada transformación digital, y se debe entender que para la toma de decisiones ésta sólo es parte de un ecosistema, que se suma al Big data para el caso de los datos que deben ser almacenados en una nube, y al internet de las cosas, que agrupa todo lo que está a nuestro servicio.
Aseguró que, la revolución de la inteligencia artificial aplicada tiene que ver con la administración pública y con el hecho de cómo generamos decisiones concisas a través de planes estratégicos.
Observó que eso tiene que ir con agendas públicas, utilizar la inteligencia artificial para que llegue el mensaje directo desde la planeación, la estrategia y las verticales de gobierno y el impulso que tiene que ver con la agenda pública.
Agregó que en un gobierno moderno, es indispensable considerar la inteligencia artificial para aplicarla a la administración pública, derivarla a proyectos específicos y llevarla a una estrategia de resultados, sobre todo para la elaboración de los datos muy específicos que se relacionan con el agua, gobernanza, movilidad, seguridad pública y el cambio climático, pero sobre todo la calidad de vida que requiere cada uno de los habitantes de San Luis Potosí.
Precisó que esa tecnología es una ventaja favorable hoy en día, hay que adaptarnos a la revolución del conocimiento y es el tema de la inteligencia artificial no sustituye la capacidad de la toma de decisiones y no es cierto, la inteligencia artificial reduce actividades, porque no toma decisiones y por lo tanto habrá un cambio interesante de paradigma, donde se asegura que va a
sustituir 60 millones de empleos y va a crearse 300 nuevos millones de empleos artificiales, desde el valor cognitivo.