Martín Rodríguez
[San Luis Hoy]
A cuentagotas, decenas de feligreses llegaban en el transcurso de este miércoles a la Calzada de Guadalupe, para venerar la imagen de la guadalupana en la víspera de su día. Algunos lo hacían de rodillas y otros, a pie, en sillas de ruedas y hasta con bebés en carriolas.
Había rezos, cantos, mariachis y oraciones para todo tipo de necesidades y cumplimiento de mandas. A los feligreses les ganó el frío de la mañana y parte de la tarde.
Una familia hacía esfuerzos para movilizar a una penitente que acudía a pagar una manda porque fue sanada de una enfermedad.
Otro de los penitentes venció las condiciones del frío y fue bañado por la luz solar de las 5 de la tarde, mientras avanzaba de rodillas hasta alcanzar las escalinatas del atrio de la Basílica.
A lo largo del camino, policías municipales rondaban por el andador central, y vigilaban que no hubiera incidencias. A las 5:20 de la tarde, se encontraron con un hombre que escandalizaba en la vía pública y desde muy larga distancia insultaba a la gente que cruzaba la calle o caminaba por el andador.
Algunos de los penitentes se auxiliaron de familiares y otros, únicamente se dirigieron a la Basílica en compañía de un solo familiar o amigo.
En el andador central aparecieron algunos penitentes de rodillas que batallaban, porque en el tramo comprendido entre el crucero de la Cruz Roja y la Basílica, ya hay algunos adoquines que se deterioran de manera progresiva.
Ayer por la tarde aún no había operativos de desvío del tráfico vehicular con la salvedad de los alrededores de la Basílica, en tramos designados para comerciantes de la vía pública.
En medio del andador, operadores de una corporación privada de servicios de paramédicos prestaba auxilio a quienes ya presentaban algunas lesiones en las rodillas.
Mientras, inspectores sanitarios revisaban los puestos de alimentos, con el fin de disuadir que expendan cualquier platillo o comida que pudiera presentar deterioro o descomposición.