Dieciséis personas murieron, entre ellas uno de los tiradores
[EFE]
Sídney, Australia.- La icónica y turística playa de Bondi, en Sídney, presentaba este lunes la imagen opuesta a su frenesí habitual: casi vacía y en silencio, con flores, velas y mensajes de duelo tras el atentado contra un acto festivo de la comunidad judía que dejó al menos 16 muertos, incluido un presunto atacante, el tiroteo más grave del país en las últimas tres décadas.
El ataque terrorista, como lo definieron las autoridades, se produjo el domingo por la tarde durante una celebración de Janucá en el parque Archer, junto a la popular playa del este de Sídney, habitualmente abarrotada de surfistas y viandantes.
“Vivo en Bondi desde hace dos años. Ayer estaba caminando por la playa una hora antes de todo lo que pasó”, relata a EFE Luke Nelson, de 26 años y originario de Liverpool (Reino Unido). “Lo que ocurrió aquí es una locura, no representa en absoluto lo que es Bondi: un lugar donde todo el mundo se encuentra, muy amigable”, añade.
Nelson asegura que nunca se ha sentido preocupado por su seguridad en Australia, un país con bajos índices de criminalidad y donde la violencia armada es poco frecuente. “Bondi es un lugar donde todo el mundo se siente muy seguro y esto es algo totalmente inusual”, subraya, mientras observa el fuerte despliegue policial que aún acordona la zona.
Entre quienes acudieron a la playa para rendir homenaje a las víctimas se encuentra Jessica Santos, de 33 años, nacida en Israel y criada en Australia. Visiblemente emocionada, explica que necesitó ausentarse del trabajo para acudir a Bondi. “Crecí aquí, entre Bondi y Coogee. No sé cómo poner esto en palabras, pero me siento devastada, entumecida y asqueada”, dice.
El atentado ha dejado por el momento 16 muertos —14 en el lugar y dos más en el hospital, entre ellos una niña de 10 años y uno de los presuntos atacantes-, y al menos 40 heridos.
La policía confirmó este lunes que dos hombres armados con rifles, padre e hijo, abrieron fuego contra la multitud sobre las 18:40 hora local (7:40 GMT) del domingo. Uno de los atacantes, de 50 años, murió tras ser abatido, mientras que el segundo, de 24, permanece hospitalizado bajo custodia en estado crítico.
Katya Dechen, de 36 años y de origen ruso-ucraniano, quien vivió en Bondi en 2022, recuerda el valor simbólico del lugar. “Es una playa muy especial para todo el mundo. Aquí se reúnen personas de todos los países y no quiero que lo ocurrido haga que Bondi quede asociada a esta tragedia”, afirma.
