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MANILA, Filipinas.- Un poderoso tifón destruyó casas, provocó enormes marejadas y obligó a cientos de miles de personas a refugiarse en refugios de emergencia mientras atravesaba el norte de Filipinas el domingo, la sexta gran tormenta que azota al país en menos de un mes.
El tifón Man-yi golpeó la provincia insular oriental de Catanduanes el sábado por la noche con vientos sostenidos de hasta 195 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 240 km/h. La agencia meteorológica del país advirtió sobre una situación “potencialmente catastrófica y mortal” en las provincias a lo largo de su trayectoria.
En un primer momento no se informó de víctimas por el tifón, que se preveía avanzaría hacia el noroeste el domingo a través del norte de Luzón, la región más poblada del archipiélago. La región metropolitana de la capital, Manila probablemente se salvaría de un impacto directo, pero al igual que las regiones circundantes estaba bajo alertas de tormenta y se advirtió sobre peligrosas marejadas ciclónicas.
“La lluvia fue mínima, pero el viento fue muy fuerte y tenía un sonido aullante inquietante”, dijo Roberto Monterola, funcionario de alivio de desastres en Catanduanes, a The Associated Press por teléfono. “A lo largo de un bulevar principal aquí, las marejadas alcanzaron más de 7 metros cerca de las casas junto al mar. Se veía realmente aterrador”.
Toda la provincia de Catanduanes se quedó sin electricidad después de que el tifón derribara árboles y postes eléctricos, y los equipos de respuesta ante desastres estaban verificando cuántas casas más resultaron dañadas además de las afectadas por tormentas.