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RESULTA que allá por los rumbos de la Secretaría de Finanzas, alguien o algunos estaban de vacaciones, y no precisamente porque fueran bien merecidas…
ALGUNOS por ahí, rondaban de un lado a otro, hasta que se dieron cuenta que el cierre de las sucursales de cobro de impuestos, se originó por falta de materiales para imprimir tarjetas de circulación, insumos indispensables para que los usuarios cierren el trámite y eviten multas porque andan por la vida sin los papeles de su carro…
LA cosa es que hay montones de potosinos que quieren tramitar sus tarjetas de circulación y una que otra papelería que demuestre la legal existencia del conductor y de su vehículo, y ni en la capital ni en la Hermana República de Chollywood -dicen- encontraron papeles ni cartones, y eso que había suficiente tiempo libre para cerrar trámites de los ciudadanos…
OJALÁ pronto resuelvan y que no vuelva a suceder tal cosa, porque alguien no está haciendo su chamba, quién sabe si sea porque nadie previó que se necesitan materiales para regularizar la generación de las formas continuas y sus respectivos hologramas, o porque de verdad se les acabó el papel y no hay para cuándo les surtan…
SI usted, amable lector, leyó de este pequeño problema, ni se le ocurra informar a los agentes de Tránsito o a los policías estatales, porque luego hay algunos que de repente se ponen muy hábiles para interceptar a quienes manejan los coches, con tal o cual pretexto, orillarlos a la orilla, identificar si es un carro blanco claro o negro oscuro, y luego sugerir que las manitas del gendarme también son cajas recaudadoras…
DE mordida, pues…
ENTONCES, guarde el secreto y nada más espere que lleguen las cajas de papeles para volver a imprimir, y ahora que mágicamente los empleados de las oficinas recaudadoras regresan de sus vacaciones, para que entonces sí, usted pueda contar con sus documentos en regla…
MIENTRAS, nada más rece para no encontrarse uno de esos polis que echan flojera casi todo el año, pero en circunstancias especiales como la temporada decembrina, las incidencias de falta de documentos o la hora de comer, aparecen de la nada y cazan a todo el que se atraviesa, a ver quién cae en el cuento del artículo inexistente que el pobre automovilista infringió…
ACLÁRESE que no a todos los policiales les gusta el billete que no es suyo, pero es hora de rezar para que no aparezca uno de esos y luego nada más buscan y buscan, a ver qué encuentran…
PERO la tira “mala leche” parece estar muy generalizada en calles y carreteras, y lejos de ayudar a la gente, algunos sujetos de mala reputación detienen a todo automovilista que se deja, le piden sus papeles, le inventan un artículo de tal o cual reglamento, y procede el coqueteo para obtener un pequeño donativo que cuenta la leyenda urbana, no baja de un “Miguel Hidalgo”…
DESCUELGUE su teléfono, marque el número idóneo de las oficinas recaudadoras, diga que quiere hacer su trámite e infórmese si ya hay papel de impresión, para que no le caiga toda la gendarmería por falta de papeles.
POSDATA: Es cierto que la educación empieza en casa, y los padres de familia tienen un muy alto grado de responsabilidad. Alguien debería intervenir para vigilar con más puntualidad. Hace tiempo que ya no se conoce de los operativos para disminuir los arrancones en las calles, pero tampoco de que como mínimo los papás les retengan las llaves a los chavillos. En algunas vialidades principales, todavía aparecen juniors que se pasan los altos en la avenida Carranza o en Chapultepec y ponen en peligro a los demás. La solución debe ser conjunta. Cruzarse de brazos no es una buena recomendación de padres.
REMATE: Una vez que San Luis Potosí cumplió al pie de la letra el sueño de los traumas de la infancia política de Andrés Manuel López Obrador para desaparecer los organismos públicos autónomos, y en particular los órganos de transparencia y acceso a la información, los integrantes de la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública se van comportando como preparatorianos a tres días de terminar sus clases y graduarse; los comisionados ya no hacen trabajo alguno, se desaparecen, ya no resuelven o dejan pendientes, para la “bombita” que heredarán a la estancia dizque de transparencia que controlará, según se intenta, la Contraloría General del Estado. Todavía ni siquiera se organizan, y tampoco se sabe quiénes integrarán el nuevo órgano que guardará los datos, perdón, difundirá los datos, y ya se están poniendo a tono con la censura del derecho a la información.