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Buenos Aires, Arg.- Como cada domingo, decenas de felices asistieron a una misa en El Carmelo, un poblado del suroeste, cuando interrumpieron sus rezos colombianos al escuchar los disparos que provenían de la calle. Presuntos miembros de las disidencias de la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia atacaban a la fuerza pública.
“La mañana transcurría muy tranquila cuando fue interrumpida por las balas; ya estábamos en la celebración de la santa eucaristía dominical de las 8 de la mañana, había bastantes feligreses”, relató el lunes a The Associated Press el párroco Diego Tejada desde El Carmelo, ubicado en el departamento del Cauca.
“La gente empieza a correr, yo los invita a mantener la calma, a pasar a la casa cural a refugiarnos, cuando en eso hay una explosión”, agregó Tejada de pie frente a un vehículo calcinado.
El ataque, que se sostuvo por varias horas y combinó disparos con explosivos, tuvo como blanco la estación de policía del poblado, pero terminó por afectar también las casas de los habitantes, vehículos, el parque, la iglesia y la casa parroquial. Las autoridades reportaron un policía muerto y al menos cuatro más heridos.
“Nos tienen rodeados; comandante, por favor que llegue el helicóptero, están pegando los disparos en la pared”, dijo uno de los policías que resistían el hostigamiento, según audios publicados por el medio local El Colombiano.
Tras el ataque, el ejército informó el domingo del ingreso de tropas a El Carmelo con el objetivo de restablecer el orden después de las “acciones terroristas”.
El ejército responsabilizó de los hechos al grupo “Jaime Martínez”, que no se acogió a los acuerdos de paz firmados entre el Estado y las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016.
“Nuestra fuerza pública y agencias de inteligencia arreciaron la búsqueda de los responsables. Este crimen no quedará impune”, aseguró el ministro de Defensa, Pedro Sánchez.