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Ante todo, paz, pide Iglesia de México a dos años de los asesinatos de dos jesuitas en Chihuahua

Ciudad de México.- Nada borrará aquel 20 de junio de la memoria de los líderes religiosos de México.
Poco después de acabar con la vida del beisbolista Paul Berrelleza y el guía de turistas Pedro Palma, las balas del crimen organizado derramaron sangre sobre el altar de una iglesia en la Sierra Tarahumara.
“No” al olvido y “sí” a la paz, reclaman diversas instituciones de fe desde los asesinatos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora en su templo de Cerocahui, al norte del país.
El gobierno mexicano ha mostrado poca empatía por el dolor de las víctimas del narcotráfico, pero entre éstas y sus familiares los reproches no ceden.
Para recordar los asesinatos de 2022, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Jesuitas de México y otras agrupaciones religiosas que crearon la Red Nacional de Paz iniciaron el jueves la tercera etapa del Diálogo Nacional por la Paz, una serie de encuentros entre funcionarios públicos y ciudadanos que busca asentar compromisos y soluciones para enfrentar la violencia.
“El asesinato de los padres Javier y Joaquín nos ha permitido resignificar el dolor que mora en los corazones de muchos rincones del país, construir un movimiento compartido que tiene la paz como horizonte y las víctimas de la violencia como punto de partida y estar dispuestos a no claudicar hasta volver habitable cada territorio”, dijo la CEM en un comunicado.