(El Universal)
Taxco, Gro.- La realidad que vive Taxco no es ajena en la celebración de Semana Santa, pues en las procesiones los penitentes -encruzados, flagelantes y ánimas- ofrecieron los azotes para que este remanso de paz que dicen estar viviendo sea duradero y también para que vuelva el trabajo que les quitó la violencia.
Vicente encabeza una de las hermandades de penitentes en Taxco. Vicente no es su nombre real, no lo revela por la secrecía que exige la tradición.
El hombre desde 1988 es penitente, desde hace siete se dedica a apoyar a sus compañeros, y durante casi 30 años que fue encauzado pidió, sobre todo, por la salud de su padre y de su madre, pero también por favores para otras personas.
Este año —asegura—, en su hermandad pidieron por tres cosas esenciales para los taxqueños: por las personas que padecen las enfermedades crónicas degenerativas que más están golpeando, cáncer y diabetes; para que el momento de paz que está viviendo el municipio dure mucho más tiempo y por la crisis de desempleo.
Los últimos tres años Taxco los vivió casi al extremo. Los asesinatos y las desapariciones se dispararon, mientras que la extorsión se generalizó. La organización criminal La Familia Michoacana controló la distribución de todos los productos de la canasta básica. Lo peor: el exalcalde Mario Figueroa Mundo puso a la Policía Municipal al servicio de La Familia Michoacana. La policía extorsionó, desapareció y asesinó.
