
(EFE)
Tapachula, Chis.- El Gobierno de México y el de Estados Unidos presumen de caídas en los arrestos migratorios en la frontera común, pero esta realidad contrasta con el límite sur de México, donde se han triplicado los encuentros de migrantes irregulares en Chiapas, estado colindante con Centroamérica.
Las autoridades mexicanas reportaron 155,879 “eventos de personas en situación migratoria irregular” en Chiapas durante el primer cuatrimestre de 2024, casi 214% más frente a los 49,681 del mismo lapso del año pasado, según datos consultados de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Solo en Tapachula, la mayor urbe fronteriza de México con Guatemala, hubo 56,801 migrantes irregulares interceptados de enero a abril pasado, un aumento interanual de 208% ante los 18,440 de los primeros cuatro meses de 2023.
Esto en un contexto en el que la migración irregular interceptada en todo México subió cerca del 650% interanual hasta un récord de casi 1.4 millones de enero a mayo, según informó el Instituto Nacional de Migración (INM) el 16 de junio.
Esto se compara con la caída de más del 40% que reportó este miércoles el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, en inglés) en los arrestos de migrantes en su frontera sur desde que el presidente, Joe Biden, firmó el 5 de junio la orden ejecutiva para restringir el asilo y agilizar las deportaciones.
La Coordinadora del Servicio de Jesuita a Refugiados (SJR) en Tapachula, América Pérez, expuso a EFE que el flujo se mantiene en cerca de 2,000 a 3,000 migrantes e incluso más cada día, por lo que aún “la situación es muy compleja para las personas”.
Enfatizó que, pese a las restricciones de Estados Unidos, las personas siguen avanzando en espacios precarios, con condiciones climáticas adversas, falta de alimentación y proliferación de enfermedades.