
(EFE)
Nueva Delhi/Islamabad.- Una noche marcada por nuevos ataques con drones y artillería que alcanzaron zonas residenciales, seguida de un día de crecientes acusaciones, han definido los últimos acontecimientos en el conflicto entre la India y Pakistán, en una escalada que se ha cobrado la vida de al menos 82 personas.

La crisis indo-paquistaní lleva casi tres semanas en escalada, desatada por un mortífero atentado terrorista el 22 de abril que mató a un grupo de turistas en la Cachemira administrada por India. Nueva Delhi ha acusado reiteradamente a Pakistán de apoyar el ataque.
Según la India, Pakistán lanzó una ofensiva con drones, estimando el uso de entre 300 y 400 vehículos aéreos no tripulados contra hasta 36 puntos en territorio indio. Si bien las fuerzas indias afirmaron haber repelido con éxito numerosos drones, se abstuvieron de detallar si alguno logró penetrar sus defensas y atacar los objetivos previstos.
Al menos tres personas resultaron heridas el viernes en un presunto ataque con drones paquistaníes en una zona residencial en el estado indio de Punjab, según la policía.
En respuesta, el Ejército indio afirmó haber llevado a cabo ataques en represalia contra cuatro instalaciones militares paquistaníes, destruyendo un sistema de radar antiaéreo.
Pakistán que niega rotundamente cualquier implicación en ataques en suelo indio, informó de la interceptación y destrucción de 48 drones indios en las últimas 24 horas.
A nivel terrestre, el intercambio de disparos y de artillería se mantuvo a lo largo de la Línea de Control, la frontera de facto entre ambos países en Cachemira, que ayer se saldó con varias víctimas.