
(EFE)
Jerusalén.- “Gaza se ha convertido en una fosa común para la población palestina y para quienes acuden en su ayuda”, denunció este miércoles la coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la Franja, Amande Bazerolle, quien señaló que la ayuda humanitaria en la Franja es cada vez más difícil de prestar.

La organización alerta de que, con la reanudación de la ofensiva en el territorio palestino hace casi un mes y el bloqueo de entrada de ayuda por parte de Israel, “las vidas de los palestinos están siendo devastadas sistemáticamente mediante el desplazamiento forzoso de la población y el bloqueo deliberado de la ayuda vital”.
MSF denuncia que los ataques a paramédicos y rescatistas por parte de Israel “han mostrado un desprecio flagrante por la seguridad de los trabajadores humanitarios y sanitarios en Gaza”.
“Estamos siendo testigos en tiempo real de la destrucción y el desplazamiento forzoso de toda la población de la Franja”, denuncia Bazerolle, que añade que no hay “lugar seguro para sus habitantes o para quienes intentan ayudarles”.
Por ello, explica, “la respuesta humanitaria está sufriendo enormes problemas bajo el peso de la inseguridad y la escasez de suministros, lo que deja a sus habitantes con pocas opciones, si es que tienen alguna, para acceder a la atención”.
Desde que se reanudó la ofensiva israelí en la Franja el 18 de marzo, rompiendo así un alto el fuego de casi dos meses con Hamás, alrededor de 1,700 personas han muerto (casi 600 niños) en Gaza, según los datos del Ministerio de Sanidad del enclave, que eleva a 51,000 los muertos desde el principio de la guerra hace 18 meses.
La nueva ofensiva israelí es por aire y también por tierra y sus tropas han ocupado nuevo territorio en la Franja hasta controlar casi un 70 % del total, según cálculos de la OCHA. De ese 70%, un 20% corresponde al extremo sur de Gaza.