
[El Universal]
Suchiapa, Chis.- “Al ratito te marco. Cuídate mucho. Saludos a la familia”, fueron las últimas palabras que tuvo Brenda Lizbeth Toala Blanco, elemento de la Policía Estatal Preventiva (PEP), con su hermana María de Lourdes, antes de ser asesinada.

El lunes por la mañana, desde la base de la PEP en Frontera Comalapa, Brenda Lizbeth, de 33 años, hizo una videollamada a su familia, para preguntar cómo estaban sus padres y sus tres hijos, de 8, 10 y 12 años, que vivían al lado de sus abuelos y tíos, en Suchiapa, Chiapas.
Por la tarde, la familia se enteró en redes sociales que una patrulla de la corporación había sido emboscada cerca del basurero de la comunidad Las Champas, en el ejido Cuauhtémoc, del municipio de Frontera Comalapa, a un kilómetro de la frontera entre México y Guatemala.
Eran las 13:00 horas cuando ocurrió la emboscada, pero a los pocos minutos empezó a circular en redes sociales el video y fotografías de la patrulla quemada.
Los hermanos de Brenda Lizbeth entraron en pánico. Le llamaron a su teléfono de manera insistente, pero jamás respondió. Entonces marcaron a algunos de sus compañeros, quienes les confirmaron que en esa patrulla viajaba Brenda Lizbeth y cuatro oficiales más: Guillermo Cortés, Jesús Sánchez, Joel Martínez y Pedro Hernández.
Los cinco policías murieron en el ataque; todos recién habían sido comisionados a Frontera Comalapa.