[El Universal]
CIUDAD DE MÉXICO.- Las Fuerzas Armadas van contra los depósitos de armas, o “polvorines”, de los grupos criminales que operan en el país, con el objetivo de reducir su capacidad de fuego, que genera altos niveles de violencia por los ajustes de cuentas entre organizaciones antagónicas en disputa por las actividades ilícitas.
En el marco de la estrategia de seguridad de los primeros 100 días del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, la Marina Armada ha desmantelado centros de armamento en Sinaloa, Sonora y Acapulco, en los que decomisó 172 armas, 477 cargadores, 33 mil 822 cartuchos, dos granadas, 185 vehículos y nueve embarcaciones.
En tanto, el Ejército Mexicano acumula más de 64 armas de alto poder incautadas, así como 585 cargadores, 2 mil 826 cartuchos, 70 cajas de cartuchos y chalecos tácticos, según cifras oficiales de ambas dependencias.
Apenas el fin de semana pasado, personal de la Armada de México aseguró armamento, cartuchos útiles de diferentes calibres, cargadores y equipo táctico a la facción de “Los Chapitos” del Cártel de Sinaloa en el municipio de Concordia, Sinaloa, una de las zonas de influencia de los hijos del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.
Según fuentes del gabinete de seguridad, en la estrategia de los primeros 100 días se establecieron cinco estados como prioridad para el gobierno federal; sin embargo, unas tres semanas antes de que Sheinbaum Pardo tomara posesión la violencia en Sinaloa escaló y el estado sigue sin ser incluido formalmente en las entidades prioritarias.
Actualmente Sinaloa está inmersa en una ola de violencia por la guerra entre las facciones de “Los Chapitos” y “Los Mayos”, que ha dejado más de 400 muertos desde septiembre pasado a la fecha por el control territorial, clave para la producción de drogas sintéticas que se trafican a Estados Unidos.