
[EFE]
Bogotá, Col.- La Plaza de Bolívar, corazón político de Colombia, que a diario bulle con el pregón de los vendedores ambulantes, el ruido de las palomas y el ir y venir de turistas, amaneció este martes en un inusual silencio.
Las banderas que ondean frente al Congreso estaban a media asta por el luto nacional, mientras un goteo constante de ciudadanos se acercaba a despedir al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, que murió este lunes tras ser gravemente herido en un atentado sufrido hace dos meses.
Desde las ocho de la mañana, decenas de personas comenzaron a agolparse en la entrada del Capitolio Nacional, situada en el costado sur de la Plaza.
Media hora después, el acceso al Salón Elíptico, donde el lunes se instaló la cámara ardiente, se abrió para el público.
Al velatorio acudieron no solo familiares sino también políticos, como el excanciller Álvaro Leyva, que prefirió no hacer declaraciones, el exministro y exsenador Juan Fernando Cristo o el procurador general de la Nación, Gregorio Eljach.
El féretro, cubierto por la bandera nacional, fue recibido con marcha fúnebre y pañuelos blancos en el Salón Elíptico, acompañado de honores militares y un minuto de silencio. Permanecerá allí hasta el mediodía del miércoles, cuando será trasladado a la Catedral Primada de Bogotá para las exequias.
Uribe Turbay, de 39 años, fue atacado el 7 de junio mientras hablaba con simpatizantes en un parque del barrio bogotano de Modelia.
Dos disparos en la cabeza y uno en la pierna izquierda lo dejaron en estado crítico durante 64 días en la Fundación Santa Fe de Bogotá, donde falleció la madrugada del lunes.