(EFE)
Ciudad de México.- Los candidatos presidenciales de México, la oficialista Claudia Sheinbaum y los opositores Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, ofrecieron este domingo un áspero segundo debate.

La opositora Gálvez arrancó con un ataque frontal contra Sheinbaum y sacó a colación la ola de violencia que vive México vinculada al crimen organizado y las bandas narcotraficantes.
“Los delincuentes ya tienen partido. (El gobernante Movimiento de Regeneración Nacional) Morena se ha convertido en un narcopartido”, aseguró.
“Se acabaron los abrazos a los delincuentes”, agregó la opositora en referencia al lema de “abrazos y no balazos” utilizado por el actual presidente, para definir su política de seguridad que busca apuntar a las causas de la violencia y no la represión.
Sheinbaum replicó rápidamente al indicar que el “único narcogobierno que ha existido declarado es el del expresidente Felipe Calderón (2006-2012) del Partido de Acción Nacional (PAN)”, partido que forma parte de la coalición liderada por Gálvez.
“Claudia es la candidata de las mentiras”, afirmó la opositora.
En este sentido, aprovechó la actual polémica por la mala calidad del agua en Ciudad de México y sacó un frasco del líquido contaminado y desafió a Sheinbaum a que tomase un trago.
“Yo le pediría que se tome esta agua”, afirmó Gálvez ante lo que Sheinbaum optó por el silencio y evitar la confrontación.
Por su parte, y durante todo el debate, Sheinbaum evitó referirse a su rival por su nombre y se limitó a dirigirse a ella como la “candidata del PRIAN”, en referencia a la suma de los partidos tradicionales mexicanos el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el PAN.
“Les dije que iba a haber calumnias: honestidad”, afirmó Sheinbaum.
El tercer aspirante, Álvarez Máynez, del opositor Movimiento Ciudadano, pasó casi desapercibido. Acabó su intervención leyendo una lista de deseos y peticiones políticas de su hijo de cinco años.