
(AP)
Wellington, Nueva Zelanda.- La capital de Vanuatu estaba sin agua corriente el miércoles, al día siguiente de que los embalses fueran destruidos por un violento terremoto de magnitud 7.3 que causó estragos en la nación insular del Pacífico Sur, mató al menos a 14 personas e hirió a cientos, unas cifras que se espera aumenten.

La oficina de gestión de desastres del gobierno dijo la madrugada del miércoles que se habían confirmado 14 muertes, pero horas después indicó que nueve habían sido verificadas por el hospital principal. Se “esperaba un aumento” ya que aún había personas atrapadas en edificios caídos, dijo un portavoz.
Dos de los fallecidos eran ciudadanos chinos, según la agencia oficial de noticias Xinhua de China, que citó a Gu Zihua, un funcionario de la embajada china en Vanuatu.
Los frenéticos esfuerzos de rescate que comenzaron en edificios derruidos después del terremoto del martes por la tarde continuaban 30 horas después, con docenas de personas trabajando con poca agua entre el polvo y el calor para buscar a los que gritaban pidiendo ayuda desde dentro. Varios sobrevivientes más fueron extraídos de los escombros de los edificios del centro de Port Vila, también la ciudad más grande del país, mientras que otros permanecían atrapados y algunos aparecieron muertos.
Un colapso casi total de las telecomunicaciones complicaba que las personas confirmaran el estado de sus familiares. Algunas operadoras comenzaron a restablecer el servicio telefónico, pero las conexiones eran irregulares.
El terremoto ocurrió a una profundidad de 57 kilómetros con su centro 30 kilómetros al oeste de la capital de Vanuatu.
Una alerta de tsunami fue cancelada menos de dos horas después del terremoto, pero docenas de grandes réplicas continuaron sacudiendo el país.