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DAK LAK, Vietnam.- El tifón Kalmaegi llevó potentes vientos y lluvias torrenciales a Vietnam el viernes, causando al menos cinco muertos, derribando casas, arrancando tejados y árboles de raíz. En Filipinas, donde la tormenta dejó decenas de muertos a principios de la semana, los sobrevivientes lloraban sobre los ataques de sus seres queridos y se preparaban para otro tifón.
A medida que la tormenta se alejaba, comenzaban los trabajos de recuperación en las ciudades y pueblos afectados de ambos países. En las provincias centrales de Vietnam, las personas despejaban escombros y reparaban los tejados de sus hogares.
Jimmy Abatayo, quien perdió a su esposa y nueve familiares cercanos después de que el tifón desatara inundaciones en la provincia central filipina de Cebú, estaba abrumado por el dolor y la culpa mientras pasaba su mano sobre el ataque de su esposa.
“Pude nadar. Le dije a mi familia que nadara, que se salvarían, solo nadaran, eran valientes y seguían nadando”, dijo Abatayo, de 53 años, haciendo una pausa y luego rompiendo en llanto. “No escucharon lo que dije porque nunca los volvería a ver”.
En Cebú, 139 personas murieron, en su mayoría por inundaciones. Los aldeanos se reunieron el viernes para despedirse de sus muertos, incluso en un gimnasio de baloncesto convertido en funeraria donde los familiares lloraban ante una fila de ataúdes blancos adornados con flores y pequeños retratos de los fallecidos.
Un estado de emergencia nacional declarado por el presidente Ferdinand Marcos Jr. el jueves seguía en efecto en Filipinas, mientras el país se preparaba para otra tormenta potencialmente poderosa, el tifón Fung-wong, conocido localmente como Uwan.
Kalmaegi causó al menos 188 fallecidos y 135 desaparecidos en Filipinas, según la Oficina de Defensa Civil, además de desplazar a más de medio millón de personas. Casi 450.000 residentes fueron evacuados a refugios, y más de 318.000 continuaron allí el jueves.
De acuerdo con la agencia meteorológica, Fung-wong podría expandirse hasta alcanzar un diámetro estimado de 1.400 kilómetros (870 millas) antes de tocar tierra el domingo por la noche oa primera hora del lunes en la provincia de Aurora del Norte, por lo que podría afectar a la densamente poblada región capitalina de Manila.
Cinco personas murieron —tres en la provincia de Dak Lak y dos en Gia Lai— y otras tres permanecían desaparecidas en Quang Ngai, según la prensa estatal. Además, seis más resultaron heridas. Cincuenta y dos casas colapsaron y casi 2.600 sufrieron daños.
