[El Universal]
Acámbaro, Gto.- Un coche-bomba estalló el jueves de madrugada frente a una comisaría en la localidad de Acámbaro en el centro-oeste de México e hirió a tres policías, informó la fiscalía de Guanajuato.
De forma casi simultánea hubo otra explosión en el municipio cercano de Jerécuaro, esa vez sin que nadie resultara lesionado. En el lugar quedó una patrulla incendiada, el tejado de un edificio estaba destruido y las fachadas de varias tiendas cercanas ennegrecidas.
Los atentados en dos localidades distintas y con media hora de diferencia sugieren la implicación de los cárteles de la droga, que llevan años librando sangrientas batallas territoriales en Guanajuato.
Según las fotos distribuidas por la policía municipal, el coche-bomba de Acámbaro era lo bastante grande como para lanzar partes del vehículo calcinado por toda la avenida. La explosión hizo saltar por los aires las ventanas y puertas de las viviendas cercanas.
“Abrazos, no balazos”
A pesar de la violencia, la presidenta Claudia Sheinbaum se comprometió a mantener el enfoque de su predecesor de no confrontar directamente con las organizaciones criminales.
“La instrucción que hemos dado, y es la estrategia del gabinete de seguridad, es que no haya enfrentamientos”, aseguró el jueves la presidenta.
Pero su administración ya parece estar involucrada en una situación similar a una guerra contra los grupos del crimen organizado en varios estados del país apenas tres semanas después de haber asumido el cargo.
El del jueves fue el atentado con coche-bomba más grave contra las autoridades mexicanas desde junio de 2023, cuando un cártel utilizó este mismo método para matar a un agente de la Guardia Nacional en la cercana ciudad de Celaya, también en el estado de Guanajuato.
Mientras que en julio del mismo año, un cártel de la droga del vecino estado de Jalisco hizo estallar una serie coordinada de siete bombas que causaron la muerte de cuatro policías y dos civiles. Los explosivos se habían colocado en agujeros excavados en la calzada.