Se vale por sí misma y su madre vivió hasta los 110
Flor Martínez
[San Luis Hoy]
El 24 de diciembre, la señora Delfina Castillo Alvarado cumplió 100 años, y sus hijos, nietos y bisnietos celebraron este gran día con un festejo en el que estuvieron presentes familiares, vecinos y conocidos.
María del Socorro Castillo, de 59 años de edad e hija de la festejada, dijo que es un privilegio que su madre llegara a esa edad tan fuerte, sin padecer alguna enfermedad, en estos años solo ha sufrido de artritis y sordera, pero mantiene un buen estado de salud general.
Aunque llegar al cumpleaños número 100 es considerado algo extraordinario por su hija, ésta dijo que su abuela llegó hasta los 110 años de edad, por lo que pudo haber heredado a su madre la longevidad.
Doña Delfina, nació en Mina Las Cuevas, en Villa de Zaragoza, pero desde hace más de cuatro décadas habita en la colonia 21 de Marzo, en Soledad de Graciano Sánchez, pidió celebrar este día con un bonito vestido color salmón, pues, de acuerdo con su hija, cuando era joven siempre quiso utilizar un vestido de quinceañera.
“Ella, aun estando mayor, toma decisiones y dijo que en su juventud nunca se había puesto un vestido, y lo quiso así, pero ella aún tiene fuerza para caminar; está mentalmente cuerda, tiene momentos en que de repente se le olvida algo, pero no ha perdido la memoria por completo”, dijo la hija de la festejada.
Contó que hasta hace poco más de un año comenzó a presentar problemas cardíacos debido al golpe emocional que recibió por la muerte de su cuarta hija.
De los seis hijos que tuvo, cuatro mujeres fallecieron; solo viven su hija María del Socorro y Rogelio Castillo, de 59 y 60 años, quienes organizaron su fiesta.
“Llegamos a un acuerdo desde que mi hermana, la última que falleció, ya teníamos un acuerdo de que le íbamos a festejar sus 100 años, pero desafortunadamente mi hermana ya no pudo celebrarlos”, expresó con nostalgia.
Previo a su fiesta, se le realizó una ceremonia religiosa en la parroquia Sumo y Eterno Sacerdote en la colonia B. Anaya, a la que asistieron sus familiares más cercanos, como agradecimiento al Señor por haberle permitido llegar a esta edad.
Posteriormente, se trasladaron a un domicilio de la colonia
21 de Marzo, donde se celebró un gran banquete con un grupo de mariachi. Su hija contó que, hace tres años, su madre tenía fuerzas suficientes para bailar al ritmo de la música de banda en compañía de sus hijos y nietos. Ahora, aunque tiene dificultades auditivas, todavía dice disfrutar de la música.
“Hace tres años se le festejó y todavía bailaba; bailó su vals con sus hijos y nietos, ella es muy fuerte, igual que mi abuela, su mamá, que murió a los 110 años”, finalizó.