Ana Paula Vázquez
[San Luis Hoy]
El Congreso del Estado pidió a los 59 Ayuntamientos que eviten que los comercios de alimentos en la vía pública tiren grasas y aceites al drenaje, una práctica que puede provocar inundaciones y dañar la infraestructura urbana. La medida también incluye promover campañas de concientización sobre la correcta disposición de residuos.
Según la diputada Martha Patricia Aradillas Aradillas, impulsora del exhorto, las grasas y aceites se solidifican en las tuberías, formando “fatbergs” que obstruyen el sistema y generan malos olores. Estos residuos contaminan el agua, afectan la vida acuática y representan riesgos para la salud humana.
El manejo inadecuado de estos desechos también puede contaminar fuentes de agua potable y dificultar el tratamiento y la reutilización del agua residual. Además, favorece la proliferación de bacterias y microorganismos patógenos.
En su exposición de motivos, la legisladora señaló que la basura en calles y desagües contribuye igualmente a inundaciones. Al bloquear el paso del agua de lluvia, provoca desbordamientos que dañan viviendas, afectan la movilidad y ponen en riesgo la seguridad de la población.
Esto, a su vez, indicó, puede generar daños materiales, riesgos para la salud y seguridad de las personas y dificultades para el acceso de los servicios
de emergencia.
