
Dedicado al estudio y divulgación de instrumentos prehispánicos, presenta en conciertos didácticos una parte del patrimonio sonoro de las culturas originarias de México
Estrella Govea

[San Luis Hoy]
Tulio Torres desde hace varios años se ha dedicado al estudio, construcción y divulgación de instrumentos prehispánicos. A través de una investigación basada en fuentes arqueológicas, registros históricos y la experimentación sonora, Torres reconstruye y presenta en conciertos didácticos una parte del patrimonio sonoro de las culturas originarias de México.
El artista comenzó su formación musical a los 14 años con estudios en guitarra clásica y popular. Su trayectoria inicial se amplió rápidamente: participó como contrabajista y violonchelista en agrupaciones como la Orquesta Sinfónica Juvenil Municipal y la Orquesta Naciones Unidas. Con el tiempo incursionó en el flamenco, el son jarocho y el metal.
LA BANDA DELDESIERTO
Fue en su etapa con la banda DelDesierto, agrupación con la que publicó dos álbumes y obtuvo premios nacionales, donde inició un proceso de investigación sobre los instrumentos prehispánicos, integrándolos al disco Tlamanalli. A partir de esa experiencia, su carrera tomó un rumbo orientado hacia la exploración y divulgación de la música de las culturas originarias de México.
Desde entonces, Torres ha trabajado en la reproducción, ejecución y difusión de instrumentos prehispánicos a través de un proyecto solista. Uno de los ejes principales de su trabajo ha sido el estudio de los instrumentos utilizados en lo que hoy es el territorio de San Luis Potosí, una zona donde coexistieron distintas culturas. “El territorio es muy diverso; tenemos presencia huasteca, presencia otomí, chichimeca y también algunos registros de grupos de filiación náhuatl. Eso se refleja en los instrumentos: en el norte del estado hay más presencia de flautas de carrizo, y en el sur, registros de huéhuetls y teponaztlis”, explica.
INSPIRACIÓN Y METODOLOGÍA
La reconstrucción de estos instrumentos no puede aspirar a la réplica exacta, por razones tanto éticas como legales. “Una réplica exacta sería plagio si hablamos de piezas registradas en museos. Lo que hago es inspirarme en sus proporciones, materiales, pero también incorporar variaciones”, detalla. Su metodología se basa en el análisis técnico de las piezas arqueológicas disponibles, así como en la lectura de registros históricos y etnográficos.
Además, considera el entorno natural como un factor decisivo. “Los materiales determinan mucho. Si estás en una zona con muchos ríos, habrá más carrizo; si estás en una zona desértica, se recurre al barro o a maderas resistentes. Entonces el entorno no solo influye en cómo se hace el instrumento, sino también en cómo suena y para qué se usa”, afirma.
Torres señala que una de las dificultades más importantes es la fragmentación del conocimiento sobre estos instrumentos. Muchos de ellos han sido mal documentados, y su función exacta no siempre está clara. Para aproximarse a su posible uso, elige criterios como la morfología, la sonoridad y el contexto arqueológico. “Hay instrumentos que por su forma y volumen claramente no eran para tocarse en un ritual o ceremonia, sino quizá con fines lúdicos o de comunicación a distancia”, comenta.
En algunos casos también ha encontrado sorpresas: “Me he topado con instrumentos que uno pensaría que suenan de cierta forma, y al tocarlos descubres que tienen un rango de armónicos o una resonancia que no esperabas”.
ASPECTOS COMPLEJOS
Uno de los aspectos más complejos ha sido combinar el rigor científico con la experiencia sensorial del arte. Desde 2023, su proyecto se presenta como conciertos didácticos en foros, museos y espacios culturales, en los que expone tanto el contexto como el sonido de cada instrumento. “Hay gente que espera que dramatices o recrees una ceremonia. Yo lo que hago es explicar lo que se sabe, lo que se cree posible, y después tocar. No hay ficción en eso”, aclara.
Para Torres, la recepción del público ha sido positiva, especialmente cuando hay espacio para preguntas y diálogo. Sin embargo, reconoce que aún hay retos en la divulgación. Uno de ellos es el desconocimiento generalizado sobre los instrumentos prehispánicos, a los que muchos aún asocian únicamente con el tambor o la flauta.
PROYECTO SONIDOS
ANCESTRALES
“Hay más de 150 tipos de instrumentos documentados. Algunos con afinación compleja, otros hechos para generar efectos acústicos. No es una música primitiva, como se suele pensar”, sostiene.
A través del proyecto Sonidos Ancestrales: un viaje musical por los instrumentos prehispánicos, beneficiado por el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA), Torres ha desarrollado una serie de presentaciones y actividades pedagógicas enfocadas en la preservación del conocimiento sonoro de las culturas originarias.