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MINNEAPOLIS.- Justin Jefferson se convirtió en el último jugador en sacar provecho de la necesidad de receptores de élite.
Coincidiendo con el histórico inicio de su carrera, Jefferson cobrará, por el momento, como nadie más en su posición.
Los Vikings de Minnesota y su wide receiver superestrella pactaron el lunes una extensión de contrato por cuatro años, el contrato más rico en la historia de la NFL para un jugador que no es quarterback.
Jefferson recibirá 110 millones de dólares garantizados, en un acuerdo que alcanza un valor de hasta 140 millones, con más de 88 millones que serán entregados al momento de la firma.
“No nos detendremos aquí”, publicó Jefferson en Instagram junto con un paquete de videos de momentos destacados y agradecimientos en honor al contrato. “Hay más por hacer”.
Jefferson, quien tiene la mayor cantidad de yardas en la historia de la liga para un jugador en sus primeras cuatro temporadas, hubiera entrado al último año de su contrato de novato. Ambas partes estuvieron “increíblemente cerca” de una extensión el verano pasado, dijo hace semanas el gerente general, Kwesi Adofo-Mensah.
Jefferson se ausentó de siete juegos la temporada pasada por una lesión en el tendón de la corva y aun así alcanzó 1.074 yardas por recepción.
El Jugador Ofensivo del Año AP en 2022 fue elegido en la posición 22 global del Draft de la NFL en 2020, egresado de LSU.
El promedio de 35 millones de dólares por año en el nuevo contrato, supera al de Nick Bosa, de San Francisco (34 millones), cuya extensión firmada previo a la temporada pasada fue negociado por la misma agencia.