
Mientras que Jonas Vingegaard refuerza su maillot rojo con 2 segundos
[EFE]
Alto de El Morredero.- El italiano Giulio Pellizzari (Red Bull Bora Hansgrohe) lució el maillot blanco de mejor joven de la Vuelta en la cima de El Morredero estrenando su palmarés como vencedor de la decimoséptima etapa, entre O Barco de Valdeorras y el Alto de El Morredero, de 143.2 km, en la que Jonas Vingegaard (Visma) reforzó su maillot rojo con 2 segundos.
El maillot blanco de Pellizzari (San Severino Marche, 21 años) se abrió paso entre las montañas negras abrasadas por los incendios, directo a abrir su historial con una exhibición en solitario que sorprendió a los favoritos de la general.
Un certero ataque a 3.2 km de la cima leonesa situada a 1,750 metros le dio la gloria a Pellizzari. La primera vez como vencedor en su segunda temporada de profesional. Señalando con el dedo el número 1, rompió la línea con un tiempo de 3h.37.00, a una media de 39,6 km/h. Le siguieron Pidcock a 16 segundos, Hindley a 18, Vingegaard a 20 y a 22 Joao Almeida.
Un pequeño pellizco de 2 segundos fue el pírrico botín de Vingegaard respecto a Almeida la víspera de la lucha individual contra el crono de Valladolid. El nórdico tiene 50 segundos de colchón con el ciclista luso y 2.28 respecto a Tom Pidcock. Todo indica que van a decidir el reloj vallisoletano y la Bola del Mundo de Madrid.
DE LA SALIDA A UNA INCIERTA META
La Vuelta sigue instalada en los sobresaltos, las incertidumbres y el miedo a que los acontecimientos provoquen noticias trágicas. La organización pelea contra viento y marea para que la ronda llegue a Madrid, las Fuerzas de Seguridad del Estado multiplican esfuerzos y efectivos y los ciclistas exigen protección.
En O Barco de Valdeorras, en la frontera galaico-leonesa, en plena zona de buenos vinos, se conocía la salida, no la meta. Los ciclistas consultaron con su sindicato, el CPA, y acordaron que ante la menor amenaza verían con buenos ojos la neutralización de la etapa.
Por si fuera poco desvelo el asunto de las protestas propalestinas, se unió la incertidumbre de que la etapa de montaña pudiera finalizar en El Morredero debido a los vientos de más de 50 km/hora. La organización previó adelantar la última pancarta a 5 km del alto. Con el interrogante a cuestas salió el pelotón.
Penúltima jornada de montaña, con dos puertos y un final en alto muy atractivo en El Morredero, que esperaba por su vertiente más exigente, por desgracia con paisaje quemado por los últimos incendios.