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DUBLÍN.- Ademola Lookman fue una fuerza endiablada y el sueño del Bayer Leverkusen de completar una temporada invicta con una tercia de títulos se desvaneció.
Al compás de un triplete de Lookman, Atalanta arrolló el miércoles 3-0 al Leverkusen en la final de la Liga Europa y acabó con el invicto de 51 partidos del nuevo campeón de Alemania.
El equipo de Xabi Alonso se llevó un auténtico repaso, uno que nadie presagió.
Pero Atalanta había advertido ya sobre su capacidad de dar sorpresas. En los cuartos de final había eliminado a Liverpool con una paliza de 3-0 a domicilio.
Lookman, el extremo nigeriano nacido en Londres, fue implacable al castigar los errores garrafales de la zaga del Leverkusen para marcar dos veces en los primeros 26 minutos, en que los favoritos lucieron incómodos. Coronó su exhibición con un zurdazo a los 75 para facturar el primer triplete en una final del segundo torneo en importancia a nivel de clubes en Europa.
En una temporada normal o en una final europea típica, el Atalanta y su técnico veterano Gian Piero Gasperini habrían sido protagonistas de una historia inspiradora.
¿A qué aficionado neutral en la era de los gastos estratosféricos no le gusta el cuento del club de una pequeña localidad que despliega un fútbol atractivo con un presupuesto modesto, bajo las órdenes de un técnico leal para obtener su primer trofeo relevante en 61 años?
Pero más bien, el Atalanta hizo el papel de villano y apagó la posibilidad de que el Leverkusen alcanzara la inmortalidad en el fútbol.
Alonso tendrá que levantar el ánimo de su plantel para disputar la final de la Copa de Alemania el sábado.