
Ana Paula Vázquez
[San Luis Hoy]
El 10 de mayo de 2025, mientras en el país se celebraba el Día de las Madres, Belinda Chávez vivió el último encuentro con su hijo Noé Cedillo Chávez, un joven de 24 años que desapareció en el municipio de Ciudad Valles, San Luis Potosí. Desde entonces, la búsqueda se ha convertido en el centro de su vida, enfrentando un proceso que describe como doloroso y lleno de incertidumbre, pero también de resistencia.
“Noé fue a visitarme ese día, estuvimos juntos y después me dijo que tenía mucho trabajo y que se tenía que ir. Siempre acostumbraba mandarme mensajes en la mañana, en la tarde, en la noche, y de repente dejó de hacerlo. Fue entonces cuando ya no hubo comunicación y decidimos acudir a la Fiscalía”, relató Belinda, quien describió a su hijo como un joven alto, de 1.88 metros, de complexión robusta, noble y con su sonrisa caracterizante.
La madre buscadora agradeció el acompañamiento de la Comisión Estatal de Búsqueda y de los colectivos de familias que la han cobijado en este proceso, al que calificó como inesperado y doloroso. “Nunca piensas que te va a tocar hasta que pasa. Tienes que buscarlo, ya sea vivo o muerto, pero lo tienes que encontrar”, expresó con la voz entrecortada.
Belinda recordó que su hijo, además de trabajar, estudiaba la carrera de Derecho en el Campus de Ciudad Valles de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP). “Él sabe que lo amo mucho y que lo estamos esperando en casa. No va a terminar la búsqueda, no voy a dejar de buscarlo”, compartió.
Consciente de que la desaparición de Noé forma parte de una herida colectiva que atraviesa a miles de familias en el país, Belinda Chávez reafirma cada día su compromiso como madre buscadora. Su voz, dice, no callará hasta encontrar a su hijo. “Yo solo quiero abrazarlo otra vez”.