Martín Rodríguez
[San Luis Hoy]
Obsequiar ropa interior amarilla, dorada, roja, verde o blanca para recibir el Año Nuevo, no es más que un doble regalo y está muy lejos de ser esoterismo: Se trata de la transmisión de una buena vibra o el deseo de que a la otra comience a encaminarse de manera positiva en el amor de pareja, el amor de amigos o de familia, en cambiar de actitud y ser una persona más alegre o en su caso en cumplir su deseo de trabajar y hacer dinero, advirtió la empresaria y fabricante Alejandrina Cedillo.
Precisó que es incluso la mejor forma de manifestar los buenos deseos de que las personas se pongan las pilas para lograr esos objetivos, porque sin presiones, son prendas que de manera psicológica guían al propósito y no se ven como los apuntes del calendario o el almanaque.
Recordó que a pesar de ello, quienes más se regalan ropa de colores son las mujeres, mucho más identificadas con esas tácticas de definir su vida por colores y organizar sus propósitos de la misma forma.
