
Rubén Pacheco
[San Luis Hoy]
En los últimos dos años, solo el 19 por ciento de las carpetas de investigación por violación radicadas en el Supremo Tribunal de Justicia del Estado (STJE) de San Luis Potosí, concluyó en sentencia.
Una investigación de este medio de comunicación, a partir de respuestas a solicitudes de información del Poder Judicial del Estado y la Fiscalía General del Estado (FGE), permite observar una radiografía de cómo pocas víctimas que sufren una violación en la entidad pueden obtener algo de tranquilidad y tratar de sanar las heridas, al saber que los culpables fueron sentenciados.
En los último dos años, 448 carpetas de investigación abiertas por violación, provenientes de la Fiscalía, quedaron radicadas en el Supremo Tribunal, 243 correspondientes al 2023 y 205 al 2024, precisa el expediente SAI 116/2025.
Es decir, se judicializaron con las pruebas iniciales y complementarias aportadas por el Ministerio Público encargado de las causas penales, y de ahí en adelante comenzó el camino tortuoso para garantizar a las víctimas el acceso a la justicia.
De los casos que lograron progresar en 85 (55 del 2023 y 30 del 2024) de ellos los juzgadores dictaron sentencias en contra de los violadores, es decir, solo el 19 por ciento alcanzaron lo que todos las y los afectados quisieran obtener del Poder Judicial: justicia.
Para comprender cómo se dieron las resoluciones, la respuesta de la Unidad de Estadística, Evaluación y Seguimiento informa que 50 correspondieron a condenatorias en procedimiento abreviado (control), 29 a condenatorias en juicio oral, una mixta en juicio oral y cinco absolutorias en juicio oral.
Si se restan las cinco sentencias donde se exoneraron a los presuntos violadores, el porcentaje de acceso a la justicia o sentencia condenatoria decrece a 18 por ciento (52 del 2023 y 28 del 2024).
SIETE AÑOS DE ESPERA
Entre el 2023 y 2024, la Fiscalía atendió a 227 víctimas de violación de 0 a 17 años de edad, es decir, niñas, niños y adolescentes, precisa la Unidad de Transparencia en respuesta a la solicitud con número de folio 240469825000342.
Justo este sector de la población es uno de los grupos etarios más vulnerables, al grado que estos traumas pueden equivaler a tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, considera la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Los menores víctimas y supervivientes de estos delitos pueden sufrir efectos nocivos de larga duración en su salud física, mental y sexual, así como en su desarrollo (…) muchas víctimas y supervivientes nunca revelan los hechos ni recurren a la justicia, la rehabilitación o el apoyo debido a la vergüenza”, lamenta el organismo internacional.
EXCEPCIÓN
Una de las 28 sentencias condenatorias del 2024 logró lo que pocas obtienen: llevar a prisión al violador, conseguir una reparación económica del daño y tratar de cerrar, si es que algún día es posible, un trayecto de llanto y dolor.
El 17 de diciembre del 2024 la Segunda Sala del STJE ratificó la sentencia dictada por el Tribunal Unitario de Enjuiciamiento en la causa penal RI/SLP/CP-42/2019-A del 18 abril 2024, donde impuso 3 años 6 meses de cárcel, multa y pago de reparación del daño por 46 mil 800 pesos a un adulto joven -entonces adolescente- que violó a un niño en una localidad no identificada del estado.
Para ello, tuvieron que pasar siete años, tiempo en la Fiscalía acreditó lo suscitado el 25 de abril del 2017 entre las 15:00 y 15:30 horas cuando el delincuente juvenil amenazó, torturo y agredió sexualmente al niño.
Dado que la versión pública de la sentencia no divulga datos personales, llamaremos Luis al niño que se encontraba jugando con su prima dentro del cuarto de su abuela, acompañados por el agresor sin saber que sería el responsable de robarle la niñez.
A su corta edad, el violador ya tenía planeado cómo actuaría, pues le quitó a Luis su chancla, diciéndole que se lo daría a unos “cochinos” logrando con ello que lo siguieran hasta su casa, ubicada dentro del mismo terreno de la casa de la abuela.
Una vez ahí, cerró la puerta y lo llevó a una cama para que brincara y posteriormente agredirlo sexualmente en cinco ocasiones. No conforme con ello, lo introdujo en un tambo de agua y luego a un refrigerador, y antes de retirarse, lo amenazó con hacerle daño si contaba algo.
“Nosotros (él y su prima) íbamos caminando para salir por la otra (puerta) porque nosotros no queríamos estar ahí (en el cuarto), nosotros queríamos seguir jugando a los pastelitos y el corrió a alcanzarnos y cerró la otra puerta con seguro y después jugamos a la llorona y al lobo y se hizo como si yo lo carrereara, y se metió a su cuarto, y en eso dio la vuelta y le cerró también a su puerta”, expone parte del testimonio de la víctima ante el Ministerio Público.
De acuerdo con el peritaje de psicología forense, Luis presentó alteración emocional que se manifiesta en una ansiedad desbordada, un miedo generalizado, vulnerabilidad muy alta, percepción de peligro constante, mucho agobio y mucha angustia.
La impunidad duele y corroe la esperanza de las víctimas, pero es más destructiva y dolorosa cuando quienes las sufren son las infancias, porque, aunque haya terapias y tratamientos psicológicos de por medio, no se sabe cuántos se convertirán en adultos rotos y demolidos.