
Martín Rodríguez
[San Luis Hoy]
Aunque usted no lo crea, un nuevo juez de la materia familiar llega con escoltas a su trabajo. Se trata de la primera vez que una persona que ostenta un cargo de esa naturaleza se allega custodia personal.
Usuarios de los servicios explican que es muy probable que su inexperiencia no le permita entender que no se trata de un magnate, de un fiscal o de un jefe de la policía de investigación.
De manera adicional, comienza ya a notarse la inexperiencia procesal de los nuevos jueces, que en ocasiones tardan en resolver hasta un simple acuerdo.
Abogados postulantes explicaron que desde que comenzaron a generarse las adscripciones, apareció un juzgador que llega con equipos de seguridad, cuando su papel únicamente es el de juez.
Por otra parte, han encontrado jueces que tardan en elaborar los procedimientos, olvidan algunos requisitos de documentación, se saltan procedimientos o no tienen habilidades para continuar de inmediato con la actividad jurisdiccional.
En el caso del juez de lo familiar, explicaron que la presencia de “guaruras” pudiera dar a entender que el funcionario no ha entendido qué clase de función está cumpliendo. Criticaron que no se trata de una persona que ostente alguna labor que requiera la protección adicional, por tratarse de algún empresario o de alguna persona cuya función es clave y requiere de protección personal. Tampoco se trata de alguien que esté sujeto a protocolos de protección especial.
Los litigantes pidieron mayor sentido común para el juez, porque el hecho de que se presente con custodia personal genera temor entre los justiciables, quienes en ocasiones son personas mayores que acuden con niños.