
Martín Rodríguez
[San Luis Hoy]

Meterse con motocicletas o hasta triciclos al que se supone es el centro más vigilado de la ciudad, es relativamente fácil. Tan solo basta con utilizar las rampas de acceso y meter los vehículos rodantes para circular entre las personas que caminan hacia o desde la Plaza de Armas, muchas de ellas con niños, adultos mayores o personas con discapacidad.
Tan solo este domingo, algunos ciclistas circulaban por la zona peatonal sin importarles la seguridad de los peatones, jóvenes en patinetas por las banquetas… y un triciclo repartidor que no debía circular a los alrededores de la Plaza de Armas.
Con la ayuda de otros peatones, el conductor del triciclo motocicleta utilizó uno de los pasos peatonales recientemente reconstruidos, justo el que se ubica detrás del Palacio Municipal en la calle Morelos, para ingresar por la calle Los Bravo a la Plaza
de Armas.
A pesar de los ruidoso del motor, los policías que vigilan a los alrededores de la plaza ni siquiera se percataron, aún y cuando el operador hacía maniobras dentro del perímetro principal de la plaza, frente a los palacios municipal y de gobierno.
El conductor avanzó tranquilamente por la zona peatonal sin oposición de nadie, hasta que estacionó su vehículo frente al restaurante de la Plaza de Armas.
El uso de las zonas peatonales como ciclovías o para mover motocicletas es cosa común, porque los usuarios de los vehículos no encuentran oposición de nadie.