Martín Rodríguez Loredo
[San Luis Hoy]
Personas no identificadas saturan fincas y equipamiento urbano de pegatinas y grafiti. En el pasaje Zaragoza del Centro Histórico, más tarda la reparación del graffiti que en volver a aparecer.
En la esquina surponiente del cruce del pasaje Zaragoza y la calle Ignacio Comonfort, los propietarios de una vivienda antigua han pintado en diferentes ocasiones los muros, porque abundan las pintas de frases o letras. El edificio cuenta con locales comerciales y departamentos en la planta alta.
En esa misma manzana, pero en la esquina norponiente del cruce del Pasaje Zaragoza y la calle Ignacio López Rayón, un edificio que por años alojó las instalaciones de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Recursos Hidráulicos de Gobierno del Estado y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Estado, ahora se encuentra completamente salpicado de pegatinas tanto en puertas como en vidrios.
El sitio también es aprovechado por anunciantes que no tramitan permisos y colocan fotocopias para vender lo que se les ocurre, pegadas en los vidrios del edificio que hace años no tiene un cliente para renta.
En los muros laterales de este edificio también abundan las plastas improvisadas de pintura que sirven para cubrir las pintas de graffiti, tanto en la superficie de pintura como en los guardapolvos de cantera.
Otro de los edificios que padecen a los grafiteros, es el que por años fue de las instalaciones del Centro de Idiomas Universitario, y que ahora es la Defensoría de Derechos Universitarios. Con frecuencia hay graffiti por el lado de la Calle Universidad, y también del lado del Pasaje Zaragoza.
En los conmutadores de las compañías de telefonía y de servicios de internet, también abundan las pegatinas a lo largo del Pasaje Zaragoza.