
María Elena Cruz
y Ana Paula Vázquez
Con alrededor de 20 mil mujeres asistentes, se llevó a cabo la marcha conmemorativa del 8M, Día Internacional de la Mujer, en la capital de San Luis Potosí. A comparación de años anteriores, en esta ocasión hubo mayor afluencia y furor en la movilización.
Cifras brindadas por la alcaldía capitalina calculaban alrededor de 15 mil manifestantes, sin embargo, las mujeres organizadoras de la marcha calcularon más de 20 mil asistentes, que exigieron justicia por los numerosos casos de violencia de género que se viven en el estado, exigiendo a las autoridades de los tres niveles de gobierno tomar acción al respecto y no levantar la Alerta de Violencia de Género, actualmente activa en tres municipios: San Luis Potosí, Soledad y Ciudad Valles.
El contingente se integró por familiares de víctimas de feminicidio; mujeres sobrevivientes; madres buscadoras; mujeres danzantes y sahumadoras; madres cuidadoras; embarazadas y con infancias; maestras; mujeres con discapacidad; mujeres adultas mayores; familias y defensoras de mujeres privadas de la libertad; mujeres universitarias; mujeres ciclistas; y mujeres de la sociedad en general.
El recorrido inició en la Alameda Central, haciendo las paradas habituales en la Fiscalía General del Estado (FGE), Palacio de Gobierno y el Edificio Central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, donde fue notoria la intensidad de las intervenciones a edificios públicos, templos religiosos y monumentos, con fuego, explosivos y pintura, así como la respuesta a estas acciones por parte de
las autoridades.
Un grupo religioso protegió con una valla humana la parroquia Sagrario Metropolitano y la Capilla de Nuestra Señora de Loreto en Plaza Fundadores. Un grupo de manifestantes se acercó solicitando que se hicieran a un lado para intervenir los edificios, posteriormente hubo jaloneos entre ambos grupos.
En el Palacio de Gobierno se tumbaron las vallas que normalmente protegen el edificio, rompieron los faroles y se hicieron pintas en la fachada y ventanas del inmueble, protegido con láminas de madera. Desde el interior del recinto se arrojó gas a las mujeres que estaban cerca.
Algunas de las asistentes arrancaron los letreros con frases de mujeres colocados en el Edificio Central de la UASLP, punto final de la marcha, y levantaron las láminas metálicas que protegían las ventanas. En los espacios que quedaron expuestos, quemaron carteles y explosivos, mientras que del interior del edificio arrojaban agua para extinguir el fuego. Finalmente, encendieron fuego a la puerta principal del edificio.
En el edificio de la FGE destacaron consignas exigiendo a la fiscal, Manuela García Cázares, dar solución a los casos que permanecen abiertos, como el feminicidio de Karla Pontigo, Lupita Viramontes, Odalys Hipólito, y los más recientes casos de Daniela Martell y Anaiza Vega, así como la correcta clasificación de los delitos de feminicidio, no homicidio, y que estos sean investigados. con perspectiva de género.