Martín Rodríguez
[San Luis Hoy]
Una larga fila que rodeó Palacio de Gobierno para conseguir alguno de los siete mil boletos gratuitos para el concierto de Luis Miguel, fue aprovechado por vendedores “toreros” y ambulantes, que ofrecieron alimentos, refrescos y antojitos.
Desde la madrugada y hasta entrada la noche de este viernes, no faltaron alimentos y botanas para quienes permanecieron en la fila.
Quizá este viernes vendieron más que en los días normales de andar por las calles.
Hubo solicitantes de boletos que invirtieron más de tres horas para llegar hasta la puerta del Palacio de Gobierno, y en ese tiempo buscaron algo qué beber o alguna botana.
El primero que apareció fue el de las nieves, un hombre que todos los días ofrece sus productos en la Plaza de Armas, pero ayer encontró clientes como en un día de intenso calor.
A unos metros, una señora vendía sándwiches con toda paciencia y aparecieron señoras que hasta banquitos llevaron para montar su picnic en la línea de espera.
Para las personas que aguardaron desde las 8 de la mañana y salieron del Palacio de Gobierno a las 2 de la tarde, ofertaron café, galletas, confitería y botanas que los comerciantes ambulantes ofrecieron a uno y otro.
Aspirantes a obtener un boleto explicaron que hubo ambulantes que regresaron una y otra vez con sus mercancías recargadas.
Para ganarse unas monedas, dos jóvenes hábiles para el rap se esforzaban por componer en tiempo real una argumentación rítmica de descripción de las personas que esperaban en fila.
Algunos aprovecharon la fila para tomarse la foto con un personaje revolucionario pintado de la ropa y la cara con colores de bronce, quien hacía lo posible por armonizarse con el monumento al Señor de las Palomas.