
Eliminar los contaminantes no es sencillo ni barato, señalan académicos
Rolando Morales

[San Luis Hoy]
El Grupo Universitario del Agua de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) alertó, mediante la Agenda Hídrica de la Zona Metropolitana de San Luis Potosí, la presencia de sustancias contaminantes en el manto acuífero subterráneo, tales como flúor y arsénico.
Dentro del documento presentado hace unos días se señala que en los últimos años se han perforado pozos profundos de hasta mil 100 metros; sin embargo, se puntualiza que desde hace 60 años se han identificado un impacto negativo en el agua extraída del manto subterráneo.
Recientemente, se ha registrado la presencia de concentraciones elevadas de nitratos, nitritos e indicadores microbiológicos que rebasan los estándares mexicanos aceptables para agua potable, aunque hasta la fecha no se cuenta con una evaluación completa de la contaminación del agua subterránea.
A nivel local, no se puede evitar la mayor frecuencia e intensidad de las sequías, posiblemente derivadas del cambio climático. En San Luis Potosí, la respuesta habitual ante la baja en los niveles de las presas es extraer agua subterránea, perforando o habilitando pozos.
Aunque esta medida asegura el suministro diario, el agua del subsuelo representa un riesgo para la salud, pues contiene contaminantes naturales como flúor y arsénico, difíciles de eliminar de forma económica y eficiente.
Puntualizaron que el acuífero del Valle de San Luis Potosí se encuentra sobreexplotado en una proporción de 2 a 1, puesto de que los 150 millones de metros cúbicos extraídos anualmente para el uso agrícola, industrial y publico solo se recargan 75 millones de metros cúbicos.
Las autoridades a nivel municipal, estatal y federal tienen una deuda pendiente en cuanto a la generación de datos actualizados sobre los niveles de agua subterránea y el registro real de extracciones tanto en pozos someros como profundos.
Aunque existe un registro público de concesiones de agua, se sabe que los volúmenes extraídos suelen diferir de los autorizados.
También hay un desconocimiento sobre cómo interactúan los acuíferos somero y profundo, lo cual es clave debido al riesgo de contaminación cruzada, ya sea por fallas geológicas o por pozos mal construidos.
Esta situación puede permitir que contaminantes de la capa superficial, como plásticos o bacterias fecales, lleguen a acuíferos profundos.
Aunque por ahora el impacto general es bajo, en zonas como Soledad de Graciano Sánchez y Los Gómez ya se detecta un deterioro en la calidad del agua extraída de pozos profundos, lo que representa una amenaza sería para el suministro futuro.