
Martín Rodríguez
[San Luis Hoy]
El 29 de agosto de 1965, Miguel Poullet Vera, ahora de 92 años de edad, encendía por primera vez los pebeteros que dieron forma al letrero con la palabra Pepsi que era perceptible en lo que por entonces era toda la ciudad de San Luis Potosí.
De inmediato, hubo quienes propagaron rumores de que se trataba de “las brujas del cerro”, porque el fuego encendido en el que se conoce como el Cerro de la Pepsi, tomó por sorpresa a los capitalinos de la época.
La historia nació cuando ingresó a Pepsi en 1948 como ayudante del ayudante, para pintar anuncios de la compañía refresquera y luego llegó a ser gerente de ventas.
Dijo que se le ocurrió preguntar cómo se verían esas letras iluminadas, pero esa parecía ser una misión imposible, porque requería de instalaciones eléctricas o una solución compleja. Fue así como se les ocurrió tomar la solución por medio de antorchas, utilizaron aceite quemado para hacer pruebas y se dieron cuenta que sería una idea exitosa.
De esa manera tomaron latas vacías de aceite de 5 litros para colocar alrededor de las letras que ya existían en el cerro, les colocaron la estopa y luego aceite quemado. Con base en esos datos, calcularon que necesitarían alrededor de mil 200 antorchas para formar todo el contorno de las letras. Juntaron un primer equipo de 12 personas entre las que se encontraba el pintor, y fue así como realizaron la primera expedición para colocar la iluminación.
Contrataron dos burros para subir el material y bajarlo, usaron dos tambos de 200 litros y los llenaron de aceite quemado, además de varias arpillas de estopa, justamente para complementar ese material. Fue necesario realizar varios viajes con los burros, y de esa manera llenaron los dos tambos en el cerro, que luego fueron aprovechados para colocar el combustible en las latas, de manera que se les pudiera encender.
Para hacer realidad el letrero, colocaron las latas de manera que su disposición y distribución permitiera crear una visión óptica adecuada, según la inclinación del cerro.
A juicio de Don Miguel, por entonces el letrero habría inspirado una inscripción en los récords de Guinness, porque era un letrero demasiado grande para su época. Incluso el gerente de Sears llamó al director del Consejo de administración de Pepsi, Manuel Gómez Azcárate, para preguntarle cómo se había hecho al trabajo. Por entonces, un trabajo de esas características era novedoso. Fue así como el hijo de don Fernando Gómez pidió referencias del trabajo realizado, que sorprendió a todo San Luis.
En 2025, Don Miguel advierte que ya no quedan ni siquiera las huellas de lo que fue el letrero de la Pepsi.