
Ana Paula Vázquez
[San Luis Hoy]
La Comisión de Ecología y Medio Ambiente del Congreso de San Luis Potosí, aprobó el dictamen que modifica la Ley de Protección de los Animales que busca sancionar el uso de animales de tiro, monta y carga para la recolección de basura. La iniciativa, impulsada por la diputada Patricia Aradillas Aradillas, establece multas de 3 a 121 unidades de medida y actualización para quienes incumplan la norma.
Con la reforma, la prohibición se aplicará a nivel estatal y obliga a todos los ayuntamientos, a implementar programas que sustituyan el uso de animales por vehículos motorizados. Aradillas Aradillas explicó que, a pesar de que desde junio de 2024 ya estaba prohibido emplear animales para la recolección de basura, en la práctica todavía se observan casos en la capital y otros municipios.
“Lamentablemente, hemos visto que los animales siguen siendo utilizados en condiciones muy deplorables. Con esta medida buscamos evitar su uso y responsabilizar a los ayuntamientos en la implementación de alternativas”, señaló la legisladora.
Además, mencionó que municipios como Villa de Pozos han comenzado a gestionar financiamiento y créditos para quienes aún dependen de los animales en la recolección de basura.
La diputada aclaró que, por el momento, las sanciones serán exclusivamente económicas y no implican penas de cárcel. Asimismo, indicó que la iniciativa también contribuirá a evitar el uso de animales en eventos públicos, como la Feria Nacional Potosina (Fenapo), donde hasta la edición de este año se les obligaba a los animales a cargar personas como uso de entretenimiento. “Ya no se va a poder, es un paso más”, aseguró.
Este 2025, colectivos animalistas interpusieron este año una denuncia ante la Fiscalía General del Estado por maltrato animal en las instalaciones de la feria. Organizaciones como “Huella Amiga” y “Amigos de Corazón de México” señalaron que, pese a acuerdos verbales con autoridades estatales, los caballos y ponys siguieron siendo explotados. Además, denunciaron que el patronato de la Fenapo vendió espacios a líderes que posteriormente los revendieron, lo que dificulta el control sobre quién se encarga del cuidado de los animales.