LOS curuleros, de un tiempo a la fecha, ya no resuelven ni lo más elemental y, peor aún, tampoco lo esencial; tanto que cobran por las quincenas y no son capaces de poner en orden la organización del estado…
HACE cuatro años, el pretexto para no resolver era la pandemia y hasta era posible que las acciones rebasarán los calendarios, pero en esta ocasión, los chupanóminas (no nada más los asesores las chupan), con su pereza institucional, sí se mancharon, porque ni siquiera han sido capaces de darle formalidad organizativa a la casi ya desaparecida Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública, alias la CEGAIP…
Y la transparencia que se vaya al carajo, que si no funciona no importa, que si le falta personal qué tiene, que si los ciudadanos se quedan sin datos al cabo qué y que si a los curuleros les importa un cacahuate, ya qué…
LA CEGAIP está como casa vieja, amarrada con mecates: apenas se sostiene y encima la “adornan” con acuerdos a modo…
HOY funciona con solo dos comisionados, cuando la ley pide tres y para tapar el hueco, los curuleros se inventaron que así está bien, que no pasa nada y que el que diga lo contrario exagera, porque hasta dicen haber sido generosos y darle un voto de calidad al presidente…
AQUELLO de las comparativas también aplica para ahora: poner a funcionar la CEGAIP con solo dos comisionados es como querer armar la carne asada con dos tortillas y decir que “alcanza pa’ todos”, como si a cualquier huerco pudieran convencer…
ESOS señores de las curules parecen estar más metidos en gastar su jugosa quincena, aprovechar que los que sudan la gota gorda son los escribientes, los asesores, los aviadores y los que se vuelan las cosas de ChatGPT y en la planeación de la ropa de gala que llevarán, bañaditos y peinaditos, a la presentación de los informes del primer año de ejercicio legislativo, en cuidar su mejor traje para la toma de protesta de los 15 magistrados y los más de 63 jueces y por aparecer bien en la del recuerdo, aunque no sean fotogénicos…
DICHO sea de paso, a río revuelto, ganancia de pescadores, y la CEGAIP es anarquía total, con pendientes que pudieran derivar en decisiones de tribunales laborales: corren empleados sin explicación, esconden información y se niegan a transmitir sesiones plenarias de dos integrantes…
¿TRANSPARENCIA?, de dientes para afuera…
POSDATA: En la Fenapo, el patronato que presume de organizar pero en realidad, con el poco margen que tiene, tampoco hace mucho ni para bien, ni para mal, terminó con el engrudo hecho bolas. Resulta que había un acuerdo para que en los antros y centros de diversión solo se sirvieran los productos “Potosí”: ron, tequila y whisky de la misma marca. Todo iba bien hasta que los comensales empezaron a exigir más variedad en el trago. Ahí sobrevino el enredo: en vez de que cada lugar trajera a su propio distribuidor, el patronato impuso a un nuevo y único proveedor para todas las demás marcas. El problema es que este distribuidor, además de cobrar más caro, no surte a tiempo, y eso ya tiene molestos a los empresarios. Para colmo, también reciben presión de quienes empujaron la exclusividad del “Potosí” y ahora reclaman porque ya no son los reyes del pisto. Se dice que desde alguna oficina en Palacio, tramposamente metieron en esta encrucijada al patronato, que hoy pone cara de inocente engañado mientras aguanta los jaloneos de un lado y del otro. Lo cierto es que la bronca ya escaló y esta semana, allá por los rumbos de la Plaza del Mariachi, algunos están dispuestos a cerrar y aguar la fiesta, porque el patronato no resuelve ni la tabla del uno.