Las autoridades creyeron inicialmente que la avioneta había aterrizado a salvo
AP
Los controladores de tráfico aéreo perdieron comunicación durante unos 10 minutos con una avióneta de la Marina mexicana que transportaba a un paciente joven ya otras siete personas antes de que la aeronave se estrellara en medio de una densa neblina frente a la costa de Texas, cobrando la vida de por lo menos cinco personas, declaró la presidenta de México el martes.
Las autoridades creyeron inicialmente que la avióneta había aterrizado a salvo el lunes en su destino en Galveston, cerca de Houston, antes de enterarse de que se había desplomado, indicó la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum. Dos personas fueron rescatadas durante una operación de búsqueda y rescate en aguas cercanas a Galveston, mientras que una persona más seguía desaparecida, indicó la Marina de México.
Las autoridades estadounidenses investigan la causa, pero la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB por sus iniciales en inglés) declaró el martes que podría tomar al menos una semana recuperar la aeronave.
“Muy triste lo que pasó”, expresó Sheinbaum en su conferencia de prensa matutina, señalando que entre los muertos había marinos. Oficiales de la Marina mexicana habían estado trabajando con un grupo que transporta a niños mexicanos con quemaduras graves hacia un hospital en Galveston.
El avión volaba a poca altitud durante su descenso.
A medida que el Beech King Air 350i de doble turbohélice se aproximaba al Aeropuerto Internacional Sholes, en Galveston, el radar muestra que volaba a muy poca altitud, destacó Jeff Guzzetti, exinvestigador de accidentes de la NTSB y la Administración Federal de Aviación (FAA por sus iniciales en inglés).
Un sistema de navegación para la pista en la que se suponía que el avión debía aterrizar llevaba fuera de servicio alrededor de una semana, dijo Guzzetti. El sistema envía señales a la cabina que ayudan a los pilotos a navegar en el tipo de mal tiempo que había en la zona. La neblina era tan densa que, según estimaciones de los meteorólogos, la visibilidad era de poco menos de un kilómetro (media milla).
El piloto debía abortar el aterrizaje si la pista no era visible a una altitud de 62,5 metros (205 pies), recuperando altura para volver a intentarlo o buscar otro aeropuerto, señaló Guzzetti.
Añadió que el rastro de radar reportado reveló que el piloto descendía rápidamente por debajo de los 61 metros (200 pies), cuando aún faltaban tres kilómetros (dos millas) para llegar a la pista.
