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Winder, Georgia.- Un estudiante de 14 años abrió fuego en una secundaria de Georgia y mató a 4 personas el miércoles, dijeron autoridades, obligando a los alumnos a refugiarse en sus aulas -y posteriormente en el estadio de fútbol americano- mientras la policía rodeaba el campus y los padres llegaban corriendo para averiguar si sus hijos estaban a salvo.
Los muertos fueron identificados como dos estudiantes y dos profesores de la secundaria Apalachee, ubicada en la ciudad de Winder, a una hora de Atlanta en coche. Al menos otras nueve personas fueron trasladadas a hospitales con heridas.
El director del Buró de Investigaciones de Georgia, Chris Hosey, dijo que dos agentes de seguridad de la escuela se encontraron al adolescente armado pocos minutos después de que se reportaran los disparos. El sospechoso, un alumno de la escuela, se rindió inmediatamente y fue detenido. Enfrenta cargos de asesinato como si fuera un adulto.
Las autoridades aún analizan cómo fue que el sospechoso obtuvo el arma que usó en la balacera y cómo la metió a la escuela. La investigación sigue estando “muy activa”, dijo Hosey, ya que todavía quedan por hacer muchas entrevistas y mucho trabajo en la escena del crimen.
Este tiroteo escolar fue el más reciente entre docenas de tiroteos similares ocurridos en todo Estados Unidos en los últimos años, incluidos los de Newtown, Connecticut; Parkland, Florida, y Uvalde, Texas, los cuales fueron especialmente letales.
Los asesinatos en las aulas han desencadenado acalorados debates sobre el control de armas y han exacerbado el nerviosismo entre los padres, cuyos hijos crecen acostumbrados a la realización de simulacros de tiroteos en las aulas. A pesar de ello, las consecuencias de estos casos no han logrado inclinar la balanza a favor de una legislación más estricta sobre el control de armas a nivel nacional.
El presidente estadounidense, Joe Biden, lamentó este miércoles el tiroteo registrado en un instituto del estado de Georgia, en el que ha habido cuatro muertos, y subrayó que no se puede seguir aceptando estos incidentes como algo normal.