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Morgan City, Luisiana.- Francine se debilitó el jueves después de golpear Luisiana como huracán de categoría 2, dejar sin electricidad a cientos de miles de viviendas y negocios, enviar una marejada ciclónica a localidades costeras y avivar el temor a inundaciones en Nueva Orleans y otros lugares.
A medida que el sistema se dirigía tierra adentro, los equipos de emergencia iniciaron el despeje de carreteras, los trabajadores de servicios públicos comenzaron a restaurar la electricidad y los vecinos ayudaron a recoger escombros. De momento no ha habido reportes de muertes o heridos, indicó el gobernador Jeff Landry.
En el momento más fuerte de la tormenta, alrededor de 450.000 personas en Luisiana se quedaron sin electricidad, según las cifras difundidas por la Comisión de Servicios Públicos. La tormenta arrojó hasta 15 centímetros de lluvia en zonas de Mississippi, Arkansas, Tennessee y Georgia y hasta 25 cm de agua en algunos puntos de Alabama y Florida, según los meteorólogos, que advirtieron del posible riesgo de inundaciones repentinas en lugares tan alejados como Jackson, Mississippi; Birmingham, Alabama; Memphis, Tennessee, y Atlanta.