La industria del juego es una de las más jóvenes que podemos encontrar en el mercado. Algunos sitúan los primeros títulos en hace poco más de medio siglo, pero la oferta actual poco o nada se parece a la de entonces. Su tendencia en el último lustro ha sido creciente, tanto por el número de jugadores como de ingresos conseguidos, hasta convertirse en un pilar fundamental para la economía de muchos países como los Estados Unidos, Corea del Sur o la China.
Según datos publicados a principios de año y que recuperan las cifras de 2023, este mercado ha generado más de 184,000 millones de dólares en su conjunto, creciendo casi un punto respecto a los doce meses anteriores, y presenta una cartera de usuarios de 3,380 millones. Los expertos auguran que no se parará de crecer hasta 2026 y que todavía hay muchas vías que explorar que no han sido agotadas ni por el público general ni por los productores.
Las claves de los datos
Uno de los puntos que explican de forma indudable estos números es la consolidación del mercado para el celular. Gigantes como Apple o Google, a través de sus tiendas de aplicaciones, proporcionan miles de opciones de juego a los usuarios, que con un solo clic y de forma mayoritariamente gratuita se descargan lo que más les encaja. Además, el producto está en constante evolución, ahora con auténticas producciones que nada tienen que envidiar a las consolas portátiles: incluso videojuegos clásicos como la última producción de la saga Grand Theft Auto han migrado a la pequeña pantalla.
También cabe mencionar la consolidación de las computadoras como dispositivos principales. Aunque el teléfono inteligente sigue liderando todas las listas de los más usados, no paran de sumar adeptos año tras año. Le ha ganado la partida a marcas clásicas y especializadas como Sony, Microsoft o Nintendo; y es que ofrece una gama de juegos muy amplia y un método de juego que, para aquellos más experimentados, es ideal para competir. League of Legends, Fortnite o Dota 2 son tres de los títulos más demandados de los últimos tiempos.
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Ampliar el abanico de opciones es otro de los puntos que explican parte de ese éxito. Son varias las actividades más clásicas y no nativas en las pantallas que han dado el salto a plataformas especializadas y aplicaciones como PokerStars con partidas y campeonatos de disciplinas como, por ejemplo, el póker. Estas ofrecen, además de todo tipo de torneos según el nivel o poder adquisitivo del internauta, un sinfín de opciones para formarse y crear comunidad, como una academia online o informaciones de servicio.
Los siguientes pasos de la industria
Hay tendencias que ya se están empezando a ver en la industria del juego y que están llamadas a seguir creciendo en los próximos años. Una de ellas es el modelo de negocio de dar entrada gratuita, también conocido como freemium. Este permite abrir la puerta a una gran cantidad de jugadores e invitarlos a hacer un desembolso si quieren progresar como tenían esperado dentro de la experiencia o disponer de algunas ventajas competitivas respecto a los rivales y compañeros.
Jugar desde la nube no es algo nuevo. Las principales compañías llevan tiempo proponiendo experiencias de este tipo, haciendo uso de la tecnología streaming, y sin la necesidad de que el internauta se deba descargar ningún archivo en su computadora o celular. Ya existen opciones tan diferentes en internet con un solo clic, aunque alguna de ellas de pago, como entrar en el título más novedoso para videoconsolas o practicar una experiencia en vivo de partida de póker o ajedrez.
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Para terminar, sobre la mesa hay una de las grandes dudas tecnológicas respecto al sector del juego: ¿Tendrá en algún momento la realidad virtual o aumentada una relevancia importante? Son varias las posibilidades que hay en el mercado, pero poca la acogida que están teniendo en comparación con las opciones más clásicas. Es una rama costosa de producir y cara para el público general, dos importantes barreras de entrada, que veremos si terminan normalizándose y llegando a la mayoría de los hogares.