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Del Rio, Texas.- Las opciones para los miles de migrantes haitianos situados a ambos lados de la frontera entre México y Texas se redujeron el martes, luego de que el gobierno de Estados Unidos aceleró los vuelos de expulsión a Haití y de que México comenzó a sacar a algunos de ellos de la zona en avión y autobús.
Decenas de migrantes molestos por haber sido deportados a Haití trataron de volver a subir al avión que aterrizó el martes por la tarde en Puerto Príncipe mientras gritaban a las autoridades. Un guardia de seguridad cerró la puerta del avión a tiempo cuando algunos de los deportados comenzaron a lanzar piedras y zapatos contra el avión. Varios de ellos perdieron sus pertenencias en la trifulca luego de que llegó la policía al sitio. El grupo estaba desembarcando uno de los tres vuelos programados en el día.
Más de 6.000 migrantes haitianos y de otras nacionalidades han sido desalojados de un campamento en Del Rio, Texas, dijeron las autoridades estadounidenses, mientras defendían una operación contundente que incluyó la expulsión inmediata de migrantes a su empobrecido país caribeño. Las autoridades estadounidenses han sido criticadas por utilizar policía montada para impedir que la gente entre a Texas.
Por su parte, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, dijo el martes que había hablado sobre la situación de los haitianos con su homólogo estadounidense, el secretario de Estado Antony Blinken. Ebrard manifestó que la mayoría de los haitianos ya tenían estatus de refugiado en Chile o Brasil, y que no lo buscaban en México.
“Lo que están pidiendo es que les deje el paso libre hacia los Estados Unidos”, dijo Marcelo Ebrard.
