Martín Rodríguez
[San Luis Hoy]
Elementos de la Policía Estatal y misioneras de la Casa de la Madre Teresa de Calcuta junto con familias, acuden cada quien por su lado a proporcionar alimentos todas las noches a aquellos que no pudieron ingresar a la Casa de la Caridad “Arzobispo Luis Morales Reyes”.
Desde hace varios días, el albergue para migrantes rebasó su capacidad y ahora se está dando atención prioritaria a niños por parte de Cáritas Arquidiocesana.
En el cruce ferroviario cercano a la Casa de la Caridad es frecuente ver madres y padres con niños pequeños que se dirigen hacia la frontera norte, así como adolescentes que recién van dejando la niñez, también tratando de movilizarse hacia un país que les dé mejores oportunidades.
La Casa de la Caridad tiene capacidad para 300 personas con atención continua, pero en gran parte se han venido presentando personas de origen haitiano y africano, en el caso de Centroamérica, la mayor parte quienes llegan es de origen hondureño, en menor cantidad son salvadoreños, guatemaltecos y nicaragüenses.
Este domingo, la también conocida como Casa del Migrante, proporcionaba ayuda y alimento a un iraquí, con el que el coordinador de la Pastoral Social Cáritas Arquidiocedana, el presbítero Marco Antonio Luna, hacía esfuerzos por comunicarse en inglés.
