Rubén Pacheco [San Luis Hoy]
Además de que las encuestas buscan jugar con la parte del efecto psicológico del sistema electoral, es decir, dar la impresión de que un perfil va mejor posicionado, el racismo también forma parte en una elección, pues corresponde a la forma negativa de la profesionalización de las campañas, analizó Juan Mario Solís Delgadillo, profesor investigador en temas electorales de la Facultad de Derecho de la UASLP.
Explicó que dicha profesionalización concibe que, para un esquema proselitista, se debe de conocer bien al electorado mexicano y éste es racista, y antepone ciertos estereotipos de raza y clase en cuanto a lo que espera de los candidatos.
Citó que Angelo Panebianco estableció el concepto del partido profesional electoral, es decir, institutos políticos vaciados de contenido, no son ideológicos ni programáticos, “es decir, las ideas no importan, lo que importa es ganar elecciones”.
En ese sentido, enfatizó que la campaña profesionaliza al perfil y hace un “performance” del mismo, que incluye hacerlo “atractivo”, y posteriormente entra un aspecto cultural del racismo interno mexicano.
“Hay que blanquizar a los candidatos y candidatas. Tiene que ver mucho con múltiples caras que tiene el racismo en nuestro país y va seguir reproduciéndose porque se sigue pensando en un buen porcentaje de la población, que ser blanco, es mejor que ser moreno; que eso da más estatus o pareciera ser que da más seguridad”, advirtió.
