Leonel Mora
[San Luis Hoy]
La vuelta a las clases presenciales en escuelas de educación básica, poco a poco, deja ver el abandono de los protocolos de prevención de contagios virales, además de un menor compromiso de las autoridades de policía y tránsito para cuidar el entorno de los planteles.
En el cruce de Nicolás Zapata y Pedro Moreno, la secundaria “Jaime Torres Bodet” es un ejemplo de cómo al paso de los días se descuidan algunos aspectos al exterior de las instituciones.
A la hora de la salida, cantidades cada día mayores de estudiantes que se animan a tomar clases presenciales se aglomeran en los accesos a la secundaria, formando filas en las que no todos respetan la sana distancia de metro y medio que debe existir entre personas, mientras que otros más usan el cubre bocas de manera inadecuada.
Con la ausencia completa de oficiales de vialidad, los coches de los padres de familia se agolpan a un costado de la escuela porque todos quieren dejar a sus hijas e hijos lo más cerca que se pueda de la entrada.
Dentro de la institución ya es otra historia, pues el cuerpo administrativo y docente se esfuerza por aplicar los filtros de detección de enfermedades respiratorias, aunque la presión por concluir el proceso de ingreso llega a perjudicar la efectividad de tales controles.
Situaciones similares se repiten en la salida de clases y no solamente en la “Torres Bodet”, sino en numerosos planteles públicos de educación básica de la ciudad.
