Jaime Hernández
[San Luis Hoy]
La restructuración del Centro de Diagnóstico y Capacitación autismo DIF se debió a la renuncia voluntaria del equipo anterior de especialistas y la calidad de sus servicios se mantendrá con el personal actual, aseguró José Ramón Arellano Cano, director del Instituto Temazcalli, instancia encargada del centro.
En entrevista, el funcionario aseguró que la salida del equipo encabezado por la terapeuta Abigail Landelius se debió a una renuncia voluntaria y no por ceses.
El funcionario respondió así a los señalamientos de familiares de personas diagnosticadas con Trastorno de Espectro Autista (TEA) que se inconformaron con el cambio de personal.
Éste se gestó debido a la suspensión obligada de los servicios del centro a causa de la pandemia. Como los usuarios no podían quedarse sin atención, se dispuso que se diera de manera remota desde la sede del Instituto Temazcalli.
El traslado, dijo el funcionario, implicaba el cambio de relaciones laborales con el equipo del centro. Ante el planteamiento, la terapeuta Landelius y otras cuatro colaboradoras, declinaron aceptar, por lo que renunciaron.
Arellano Cano enfatizó que no hubo despido.
Esa es la queja principal de un grupo de familias que se encuentran inconformes con el cambio, al grado de que han tramitado quejas en contra del centro y del DIF estatal por el cambio, argumentando que tendrá consecuencias en el tratamiento de sus familiares.
También cuestionaron la calidad de la atención, pues dudad de que esté a la altura de la ofrecida por el equipo de Landelius, al cual elogiaron por los resultados que daba.
Al respecto, el funcionario indicó que no habrá una baja en la calidad del servicio, pues las terapeutas que actualmente laboran en el centro tienen las credenciales y la experiencia requeridas.
Sobre las quejas, Arellano Cano consideró que no se trata de un asunto de derechos humanos, sino de índole laboral.
De cualquier modo, indicó que el centro y el instituto están dispuestos a acatar el fallo de la CEDH.
