Acuerdan conservar el nombre “La Sirena”

Martín Rodríguez

[San Luis Hoy]

Los involucrados en la administración del negocio, acordaron conservar por siempre, el nombre “La Sirena”, en el edificio del negocio del mismo nombre, que se encuentra en liquidación, informó Alberto Narváez Arochi.

Tentativamente, cerraría sus puertas en tres meses.

Dijo que por ahora tratan de liquidar la tienda con sus respectivos adeudos, el grupo de empleados y las mercancías, para hacer una pausa en medio de la crisis que también le alcanzó y ya revisan alternativas.

La primera ya decidida, es conservar el nombre, que tentativamente se quedaría para todo el edificio, como parte del reconocimiento de su aportación a la historia del Centro Histórico.

Otra de las opciones consiste en explorar nuevos modelos de negocio, que siguen en revisión, mientras que otra determinación pudiera ser la colocación de la tienda “La Sirena”, con el giro ya conocido, aunque posiblemente en un espacio más reducido para aprovechar el inmueble en otros usos.

“La Sirena”, fue fundada por el padre de Alberto Narváez en la década de 1950, y su primer domicilio fue, de 1956 a 1958, la esquina surponiente de la intersección entre las avenidas Damián Carmona y Reforma.

Luego, tuvo su domicilio en una sección de una casa cuya extensión abarcaba gran parte de la manzana, incluso lo que hoy es una sucursal de la compañía de chocolates de participación mayoritaria en el mercado local, y el actual Hotel Panorama.

Después, el padre de la familia Narváez Arochi, adquirió la finca de la casa de Carranza 473 en el Centro Histórico, y dio su tercer domicilio a la tienda, hasta que en 1964 la cambió a su domicilio actual, en la calle Álvaro Obregón 225, como la casa matriz.

Originalmente, “La Sirena” se iba a ubicar en la ciudad de Guadalajara en la década de 1950, pero no se pudo concretar la inversión.

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