Martín Rodríguez
[San Luis Hoy]
La única decisión tomada hasta ahora para resguardar a los vecinos del teatro Alarcón, de la calle Comonfort, en el Centro Histórico, fue colocar polines en el techo de láminas para evitar un derrumbe mayor.
De no haber colocado los puntales de madera, el techo de láminas sería el siguiente en colapsar, luego del derrumbe ocurrido a finales de julio, las lluvias provocaron el reblandecimiento del muro de adobe que tiene casi dos siglos.
El inmueble se deterioró con la falta de mantenimiento desde que se encuentra en poder del Sindicato de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos de la República Mexicana.
El incidente de aquella ocasión afectó una vivienda de la calle Abasolo, en la que el peso del muro cayó con todas sus toneladas sobre una recámara y un baño de una vivienda, áreas que quedaron totalmente aplastadas, en las que por coincidencia no había ocupantes en el instante del accidente.
Sin embargo, la caída del muro dejó endeble la estructura que soporta las láminas del techo a dos aguas, y con los días, encargados del teatro las apuntalaron para evitar un derrumbe en tanto se toma la determinación de intervenir el edificio.
Por ahora, los responsables del uso del inmueble ven imposible la intervención, porque es necesario sortear los trámites del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), institución que pide requisitos para trabajar sobre edificios antiguos.
Producto de una ocurrencia, en agosto pasado, el consejo del patrimonio de áreas y centros históricos anunció la solicitud de un avalúo del Teatro Alarcón, cuando ni siquiera se ha desahogado el proceso legal para determinar quién se hace cargo en definitiva de la liquidación de bienes del sindicato.