DE la Revolución Mexicana ya sólo queda el nombre, eventos cívicos, platos de pozole y mariachis, bigotes a lo Pancho Villa, banderitas en venta en los cruceros, recordatorio en honor a Emiliano Zapata, garnachas, vestimentas de Adelita que en ocasiones se confunden con las usuales para la celebración de la independencia, motivos ferroviarios y canciones de la época…
HAN pasado 113 años desde que en una celda de la entonces Penitenciaría del Estado y ahora Centro de las Artes de San Luis Potosí, Francisco I. Madero, redactó el Plan de San Luis que dio luz verde al estallido de la que sería la Revolución Mexicana, a la que seguirían algunas corrientes de insurgencia en diferentes partes del país…
ESE recuento incluye la lucha democrática de Salvador Nava Martínez, que comenzó también en tierras potosinas el 20 de noviembre de 1958, y de la que ahora disfrutan quienes han ganado cargos de elección popular en todo el país…
SIN embargo, de aquella revolución de 1910, en el partido político que surgió bajo el auspicio de Plutarco Elías Calles, los pocos que aún profesan su religión del tricolor se llevan de mentadas para arriba, luego del derrumbe progresivo del otrora partidazo y ahora partidote, que inició con el Frente Democrático Nacional de Cuauhtémoc Cárdenas en 1987, precisamente por la falta de apego de sus líderes, incluyendo al entonces presidente Miguel de la Madrid, a los postulados de la revolución…
Y eso que este último presidente había generado las presiones necesarias para la abrupta salida de un exgobernador de San Luis Potosí, el estado que cobró fama por no haber impedido la garrotiza propinada a la oposición de los leales a Salvador Nava Martínez en la Plaza de Armas el 1 de enero de 1986, cuando los ojos del mundo estaban en el país por la proximidad del mundial de futbol, y aquí se hablaba de una elección por la alcaldía de la capital que fue cuestionada, y nunca sancionada…
DE la revolución solo quedan los murales de los grandes artistas del siglo pasado, tanto en edificios públicos como en los del partido que gobernó México por 71 años en forma continua, y párrafos de libros de texto gratuitos (por cierto, estos últimos muy mal escritos en las ediciones recientes), además del recuento de historiadores y curadores de literatura…
LA Revolución es ahora solo una historia que contar, y de la que se han pitorreado todos los políticos que dicen ser revolucionarios y transformadores, pero llegan a los cargos a hacer exactamente lo mismo de lo que se quejaban de los otros…
DE la Revolución ya ni siquiera queda el reparto de las tierras, que pueden ser enajenadas, vendidas y trasladadas de dominio con procesos más sencillos desde la reforma al artículo 27 constitucional del sexenio federal de Carlos Salinas de Gortari…
TAMPOCO queda la justicia social, que bien pudo financiarse a través de planes de desarrollo económico en los últimos cinco años, a través de las cantidades multimillonarias de dinero gastadas en un tren turístico y en una anacrónica refinería de combustibles fósiles…
EL político del partido que sea, que diga estar libre de pecado en la ruta del olvido de la Revolución Mexicana, que arroje el primer comentario.
PD. Cuánta razón le asiste al expresidente del Consejo de Directores del Frente Cívico Potosino, Guillermo Pizzuto Zamanillo, al advertir que la lucha por la democracia de Salvador Nava Martínez no se reduce únicamente a la política. La democracia también exige participación ciudadana, y de ambos lados, es decir desde la sociedad y desde el gobierno, hay una obligación de fomentarla.