Bitácora

“DE Diógenes compré un día la linterna a un mercader; distan la suya y la mía cuánto hay de ser o no ser. Blanca la mía parece; la suya negra parece; la de él todo lo entristece; la mía todo lo alegra. Y es que en el mundo traidor nada hay de verdad ni mentira, todo es según el color con que se mira”: Ramón de Campoamor, escritor español del Siglo XIX…

CIERTO es que para este incipiente 2022 hay augurios nada edificantes, escenarios sombríos y pronósticos de incertidumbre por diversas causas, pero son tres, a nuestro parecer, las que nos provocan más angustia a los potosinos: la pandemia de Covid-19 reactivada por la contagiosa cepa “Ómicron”, la amenaza de una crisis económica global en gran medida por ya dos años de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, y la inseguridad y violencia que nos agobia y que ha venido en una espiral de preocupante aumento, desde hace al menos un lustro…

PERO no dejemos que la angustia y las sombras se apoderen de nuestras vidas, tenemos que ser optimistas, como dice Campoamor, “todo es según el cristal con que se mira”, en nuestras manos, en nuestras acciones cotidianas, en nuestra actitud, está la manera de que haya luz al final de este largo túnel, que las cosas mejoren y tengamos un futuro próspero, saludable y feliz…

LA pandemia. Si bien es cierto que nos vuelve el pesimismo con la aparición de la nueva variante “Ómicron” del virus de Covid-19, que tiene al mundo de cabeza y preocupado ante el disparo de los contagios que en las últimas semanas están provocando cifras récord, rebasando ya el millón de casos globales diarios, y la entidad potosina no está exenta de esta situación al incrementarse las infecciones en últimos días, sin embargo, hay que observar este problema con el “cristal” del optimismo, pues el número de decesos en el orbe se mantiene estable, entre los 4 mil y los 8 mil casos por día, cifra que no se ha disparado –como los contagios- en los últimos tres meses, con el surgimiento de las nuevas cepas del virus, como la “Delta” u “Ómicron”…

LA misma Organización Mundial de la Salud (OMS), es optimista y tiene la esperanza de que la “fase aguda” de la pandemia termine en este año, al ser más contagiosa, pero menos agresiva y por lo tanto menos mortal, se pueda, a la par de continuar con la vacunación y sus refuerzos, llegar más rápido a doblegar la curva y una “inmunidad de rebaño”, es decir que el virus pueda alcanzar su nivel endémico (que deje de ser global y aparezca sólo en algunas regiones o en algunas temporadas estacionales), otro hecho que llena de confianza a los especialistas es que desde la semana pasada en Sudáfrica, -país donde se detectó por primera vez la variante “Ómicron”- los contagios se redujeron a un 30 por ciento…

LA economía. La pandemia ha provocado una severa crisis financiera a nivel macro y a nivel personal en todo el mundo, el prolongado cierre de actividades por el virus afecta por igual a ricos y a pobres, ha dañado la producción, trastorna la cadena de suministros, impacta a los mercados financieros y miles de empresas de todos los tamaños han tenido que cerrar sus puertas, aumentando el desempleo, con todas sus negativas consecuencias…

PERO, tanto la pandemia como la economía, dependen en mucho de la reacción de nosotros los ciudadanos, si continúa la enfermedad, las consecuencias financieras serán fatales para millones de familias, pero si somos responsables, acatamos las recomendaciones sanitarias ya de todos conocidas, además de cuidar la salud de todos y se puede bajar los contagios, no saturar los hospitales y frenar la mortandad, estaremos ayudando a que no haya restricciones de movilidad, y por lo tanto la actividad económica se reactive y salgamos de esta severa crisis, ningún gobierno, ninguna autoridad lo va a hacer, somos, en lo individual, cada ciudadano quien tiene en sus manos que esta pandemia no nos ensombrezca más…

Y por último, la inseguridad y la violencia, este problema está más complicado y más alejado de las manos ciudadanas, no debemos de permitir que este cáncer se convierta en algo “endémico”, permanente, no podemos acostumbrarnos a vivir con miedo, no podemos perder nuestra capacidad de asombro; 2021 concluyó con cifras delictivas similares a las del año pasado, pero preocupa, en el caso de homicidios dolosos, la crueldad, saña y atrocidad con que se perpetran estos crímenes, pero en fin…Armando Acosta

 

 

 

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