09-11-21

“QUIEN no conoce la historia está condenado a repetirla”. Inexorablemente, al arranque de cada sexenio, las dirigencias de los sindicatos de burócratas del gobierno del estado, principalmente el SUTSGE y el SITTGE, inician las presiones a los gobernantes entrantes e instalan casi de inmediato sus desacreditados plantones frente al palacio de gobierno, con cualquier pretexto o sin él siempre se hacen presentes. Con Marcelo de los Santos el SUTSGE duró tres meses con sus carpas semivacías en la Plaza de Armas, con Toranzo fue la misma cantaleta, al igual que en la administración del gris Carreras…

LOS estilos de chantaje sindical no han cambiado en décadas y por desgracia, los gobernadores en turno siempre han caído en el garlito, en el juego perverso de las eternas y voraces dirigentes sindicales, el problema es que cada capricho y exigencia de este cáncer sindical no lo pagan los gobernantes, sino somos todos los potosinos los que pagamos los platos rotos; cada punto porcentual de aumento a la burocracia, cada bono de las decenas que se otorgan a trabajadores del estado, cada pago a los servicios médicos en exclusivas clínicas privadas, cada basificación o recategorización, le cuesta a los ciudadanos de a pie, miles de millones de pesos al año…

ESTOS millonarios e injustos recursos que de nuestros impuestos se destinan a la “casta dorada” en que se ha convertido la burocracia, es dinero que podría destinarse a construir caminos, escuelas, hospitales, sistemas de agua, de drenaje, presas, plantas tratadoras, centros deportivos, parques y espacios de recreación, contratar a más policías, dotarlos de equipos, patrullas, armas y tecnología para combatir a la delincuencia, adquirir medicamentos para los centros de salud, mejorar el sistema de impartición de justicia, becar a jóvenes de escasos recursos o ayudas a personas de la tercera edad, pero no, como a los gobernadores en turno no les cuesta y no les gustan los plantones en palacio de gobierno, ceden a peticiones por más descabelladas que sean de las ambiciosas dirigentes sindicales…

NO es justo, ni correcto que mientras que Usted querido lector, que se levanta a las cinco de la mañana para irse a trabajar a la fábrica, a la obra, a la oficina, o al comercio, o si es micro o pequeño empresario, y durante horas se desloma, suda y se sacrifica para llevarse un salario que en muchas ocasiones es insuficiente para el sustento de la familia, y cuando si es afortunado, al fin de año recibe un raquítico aguinaldo y si alguien de su familia enferma, tiene que pasar las de Caín y un calvario en el IMSS, mientras que la “casta dorada” de la burocracia estatal, que “trabajan” de 8 a 3,ni un minuto más ni un minuto menos y de lunes a viernes solamente, y además tienen varios días de asueto extras de los que marca la Ley, reciban, además de un jugoso salario, primas vacacionales, aguinaldo de al menos 70 días, bonos anuales de “equilibrio”, “navideño”, “de fin de año”, del Día de la Madre, del Padre, de “ajuste al calendario”, de “fortalecimiento económico”, “al desempeño”, “de superación”…

PERO además, mensualmente perciben bonos por todo lo que Usted guste y mande: varios bonos de despensa, de apoyo a la educación, para compra de útiles y otro para libros, de ayuda al transporte, fondo de ahorro, de previsión social, de ayuda a vida cara, apoyo para guarderías, becas de estudios, de capacitación, de apoyo a la economía familiar, apoyo a servicios, compensación mensual, bono mensual, apoyo económico para el ahorro, bono de puntualidad además de otro semestral de “premio a la puntualidad” y obviamente, servicio médico privado, entre otras injustas prestaciones, a costilla de nuestros impuestos…

AYER se realizó la primera reunión “de acercamiento” entre la sempiterna líder del sindicato mayoritario de burócratas, el SUTSGE, Bernardina “Nina” Lara Argüelles y el gobernador Ricardo Gallardo Cardona y altos funcionarios, antes de la reunión “Niña” decía a sus allegados: “no que no se doblaban”, el caso es que en la reunión la eterna dirigente exigió, que para levantar el plantón se deberían de reinstalar a los trabajadores “despedidos”, a los que la autoridad le respondió que no había un solo sindicalizado despedido, sino que solo no se renovó el contrato al personal bajo ese esquema, al final de cuentas no hubo acuerdo. Si el nuevo gobierno cede a los chantajes de los sindicatos, no se los va a quitar de encima en lo que resta del sexenio y con un alto costo político y económico para el erario. La pandemia demostró que la administración estatal funciona, y hasta mejor sin los sindicalizados, además, las décadas, la opacidad y los malos manejos que tanto “Nina” como “Paca-billetes” realizan al frente de sus sindicatos, ya les está cobrando la factura: los plantones cada vez están más vacíos y los trabajadores cada vez más desilusionados de sus líderes, pero en fin…Armando Acosta

 

 

 

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